27.10.12

Dios, ¿nos has abandonado?

Domingo 28º de Tiempo Ordinario. Año B.

Dios nos invita a una relación. Cuando abundan el sufrimiento y la angustia, también clamamos: "Dios, ¿dónde estás?"

Job 23:1-6,16-17 y Salmo 22:1-15 o
Amós 5:6-7,10-15 y Salmo 90:12-17;
Hebreos 4:12-16;
Marcos 10:17-31

 Esta semana conversan Eun-sang Lee, Laci Lee Adams y Sean McRoberts.

Job 23:1-9, 16-17 y Salmo 22:1-15 presenta a Dios como ausente en apariencia ante el sufrimiento de su pueblo. Estas dos lecturas, sin embargo, pueden ser un recurso de gran alcance para las personas LGBT. El salmista da testimonio del dolor del sufrimiento emocional, mental y físico (Salmo 22:6-7, 14-15), mientras que Job da voz a la desesperación que consume (Job 23:16-17). Las lecturas crean una válvula de escape para la comunidad LGBT, para ponerle nombre a sus propias experiencias de sufrimiento dentro de la comunidad de fe más amplia, a la vez que las reclamamos para conectar nuestra historia con este pueblo de Dios, antepasado nuestro, que nos precedió (Salmo 22:04 - 5).

¿Cuáles son los gritos, los sufrimientos, en nuestro mundo, de los que nadie, ni siquiera Dios, parece darse cuenta?

Tanto el salmo como Job se enfurecen contra un Dios ausente. Algunos comentaristas creen que el tema central de Job es: "¿Por qué le pasan cosas malas a la buenas personas?". Sin embargo, cuando las lecturas de Job y del salmo se introducen en la conversación, surge una nueva pregunta: "¿Dónde está Dios cuando pasan cosas malas a buenas personas? "

¡El fundamento de estas lecturas es relacional! Tanto el salmista como Job están buscando a Dios (Job 23:3, 8-9; Salmo 22:1-2). Los autores bíblicos siguen pidiendo a Dios que retome la relación a pesar de su aparente ausencia. "No te separes de mí, que la angustia está cerca y no hay quien me ayude" (Salmo 22:11). Esta conexión tensa, sin embargo, puede ser nuestra esperanza. Nuestro sufrimiento puede conducir a una comprensión más profunda de nuestra conexión con una humanidad que sufre, con un mundo que sufre y, muy posiblemente, con un Dios que sufre.

¿Cuándo has sentido la ausencia de Dios? ¿Cómo influyen el sufrimiento y la discriminación en una relación con Dios? ¿De qué manera ha influido el sufrimiento en la fe de las personas de la comunidad LGBT?

Leamos Hebreos 4:12-16. "La palabra de Dios," la palabra de verdad, revela la profundidad del deseo que nuestra alma siente por Dios. Ya sea palabra de angustia y desesperación, ya sea de esperanza de sanación y transformación, siempre es "fuente de vida y de eficacia" y "penetrante" (Hebreos 4:12). Igual que las palabras bíblicas de Dios nacieron de una comunidad oprimida, la actual comunidad LGBT está preñada de palabras de verdad surgidas de nuestra lucha de liberación. Al mismo tiempo, la palabra de Dios nos llama a ser vulnerables ante Dios, y siempre, de forma activa, examinar las intenciones de nuestros corazones (Hebreos 4:12, 13).

¿Cuál es la palabra de verdad que tu alma anhela escuchar hoy? ¿En qué áreas de tu vida tiendes a no escuchar la palabra de Dios? ¿Cómo te consuela y te desafía por igual este pasaje?

Para el escritor de Hebreos, Jesús es un modelo tanto de audacia como de vulnerabilidad. Él ha sido puesto a prueba. El versículo 15 recuerda la tentación de Jesús en el desierto al comienzo de su ministerio público. Debido a sus propias tentaciones, él es capaz de "compadecerse de nuestras debilidades" (versículo 15). Sin embargo, fue totalmente fiel a su vocación divina en todo. "Precisamente porque él mismo fue puesto a prueba y soportó el sufrimiento, puede ahora ayudar a quienes están siendo probados." (Hebreos 2:18).

 ¿A qué retos te enfrentas en el intento de ser fiel a la identidad a la que Dios te llama? ¿A qué retos se enfrenta tu comunidad de fe en su intento de ser fiel?

Marcos 10:17-31 presenta a quienes son personas privilegiadas, tanto LGBT como no LGBT, una lección difícil. A menudo escuchamos esta enseñanza dura y nos alejamos tristes. El hombre rico se encuentra en un lugar de privilegio en la sociedad, sin embargo, desea ardientemente vivir en plenitud. Jesús, en su compasión, muestra al hombre que, a fin de experimentar su plenitud de vida, debe sacrificar su privilegio por el bien de los marginados. Sólo entonces su camino estará libre para seguir fielmente a Jesús. Aquí vemos que nuestra propia comodidad y lujos pueden, de hecho, ser un obstáculo para vivir en el Reino de Dios.

¿Qué nos detiene en nuestro compromiso con el Reino de Dios? ¿Qué nos impide un mayor trabajo por la justicia para las personas LGBT?

A continuación Jesús reconocer en este pasaje a aquellos que han pagado un alto precio por la causa del evangelio (Marcos 10:28-31). Cuando Pedro declara que los que siguen a Jesús lo han dejado todo al hacerlo, Jesús responde dándole seguridad. Él promete que sus vidas serán las más plenas de las vidas (incluyendo cien veces más de riqueza, familia y tierra), ahora y en la vida eterna. ¿Suena verdadera esta seguridad para aquellos que siguen sufriendo grandes pérdidas en nuestro mundo? ¿Cuál es la calidad de vida, la plenitud de la vida, de quien se entrega a Cristo? Esta pregunta difícil nos devuelve al clamor del salmista en el Salmo 22 y al de Job.

¿Qué sacrificios hemos hecho para seguir fielmente a Dios? ¿Cómo hemos recibido "cien veces más"? ¿Por qué cosas estás agradecido?

ORACIÓN INCLUSIVA

El Salmo 22:1 se puede utilizar para crear una oración o letanía que directamente enfrente  a Dios con tu propia desesperación acerca de las cuestiones LGBT en escenarios congregacionales, denominacionales, nacionales o globales.

Reúne afirmaciones desalentadoras que hayas escuchado o leído dirigidas hacia las personas o asuntos LGBT.

Después de leer cada frase en voz alta, ora lamentándote: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

Versión original en inglés: Out in Scripture