Domingo 5º después de Epifanía. Año B.
Las tensiones de la acción humana y de la "salida del armario" de propósito de cada uno, están en juego en las lecturas bíblicas de esta semana.
Isaías 40:21-31; Salmo 147:1-11; 1 Corintios 9:16-23; Marcos 1:29-39.
Los pasajes de hoy giran para nosotros en torno a una lucha sobre la relación de la acción humana con la iniciativa divina. En otras palabras, ¿nos sentamos pasivamente y esperamos a que Dios ponga las cosas en su sitio (como las lecturas tradicionales de Isaías 40, especialmente el v. 31, y del Salmo 147 sugieren) o tenemos un papel que desempeñar? Aunque el salmo habla de la construcción de una nueva comunidad con aquellos que han sido rechazados, se habla principalmente de lo que Dios hará. No se trata de lo que los quebrantados de corazón, los heridos (v. 3) y los oprimidos (v. 6) van a hacer para mejorar sus vidas y cambiar sus comunidades.
Parte del problema con la lectura tradicional de estos pasajes, es que puede dar lugar a nuestra pasividad -una apatía, de rebote, de no hacer nada. Una manera de no quedar atrapado en dicha pasividad, es mirar hacia el verbo hebreo, qwh, en Isaías 40:31. La traducción al español estándar, "esperar en el Señor," no capta el sentido de la declaración de Isaías. Este verbo hebreo habla de un tiempo activo, donde uno se prepara -para que cuando Dios esté listo para actuar, uno pueda volar. Después uno puede solo correr, o solo andar tranquilamente. Pero uno debe estar listo para volar y el período de espera es un periodo de prepararse uno mismo para actuar. De esta manera el salmo se debe reformular, para ver cómo los miembros de la comunidad comienzan a relacionarse entre sí de formas que los empoderen, al reconocer sus interconexiones y su interdependencia, y no darlas por sentado.
Las personas LGBT, o miembros de otros grupos oprimidos, no deben esperar hasta que la sociedad cambie y sea no opresiva. Más bien tenemos que estar trabajando para mejorar nosotros mismos y nuestras condiciones, de modo que cuando Dios se ponga en movimiento, estemos dispuestos a sacar el mejor partido de la situación. Aunque el salmista habla de que Dios hacer llover y extiende el rocío, y ayuda a la obra de la naturaleza, parece que no es consciente de que la sociedad puede ser opresiva y negar recursos a los que están oprimidos. Por ejemplo, piensa en las elecciones del pasado noviembre [EEUU, año 2008], cuando los derechos de las personas LGBT se vieron disminuidos en varios estados. Hacer que llueva no va a ayudar a los que estaban en medio de los trámites de adopción en Arkansas y ahora van a perder a sus hijos. Esperar en Dios, cuando los traficantes de odio están manos a la obra, no va a dar resultados para las personas oprimidas. Debemos esperar en marcha, y hacer el trabajo y recorrer el camino.
¿Cuándo y cómo te has enfrentado a la tensión de "prepararte para estar listo, para que Dios actúe" y deseando que Dios actúe con mayor rapidez en la solución de los problemas de la comunidad?
Las lecturas bíblicas de la epístola y del evangelio nos dan otro contraste de polaridades. En los pasajes de 1 Corintios 9 oímos a Pablo diciendo que va a disimular y ser lo que otros quieren que sea, porque es un "esclavo de todos." Esto es un concurso para "ganar", como él lo presenta (versículo 19). Es interesante que muestre su solidaridad con "los sanos" -los judíos, los seguidores de la ley y los débiles-, pero no con los hombres que se prostituyen, contra los que habla en 1 Corintios 6, o con "los que van contra la naturaleza" de Romanos 1. Aunque Pablo se presenta en solidaridad dentro de un contexto particular, su lenguaje también muestra que sigue manteniendo el privilegio de su condición social. Si se mete en problemas, puede retirarse a un cierto sentido de seguridad.
Por otro lado, en Marcos 1:29-39, Jesús se debate sobre si debería "salir del armario" como el Cristo. Él trae la salud a la casa de Simón. Sin embargo, cuando se reúne la gente fuera para entrar, Jesús se escabulle para averiguar lo que debía hacer. ¿Es este el proceso inicial de "salir del armario" hacia lugares donde se encuentran espacios seguros para hablar y actuar? ¿Cómo se complica el proceso cuando se pasa del ámbito privado al público? ¿Qué pone en juego Jesús al "salir"? ¿Cuáles son los costes de permanecer encerrado? ¿Cuáles son los retos y beneficios para las personas LGBT, y para sus aliados, que "salen"?
Aunque muchos ven en estas narraciones curativas una semejanza con los grupos LGBT, y otros grupos oprimidos, como "quienes tienen los demonios", este pasaje puede ser leído como la expulsión de los demonios del racismo, el heterosexismo, el clasismo, el sexismo y la xenofobia, que infectan todos nuestros corazones. En su lugar, podemos leer este pasaje como una muestra de la actitud de Jesús frente a las ideologías opresoras que son interiorizadas por las personas que vienen a él. Tal vez él vea como su tarea inicial la de enfrentarse a estos paradigmas destructivos. Jesús sabe que la gente tiene que estar preparada para llevar a cabo esta expulsión. Tienen que estar dispuestos a reunirse como una comunidad nueva, como indica nuestra lectura del Salmo 147. Si no hacemos esto, acabaremos por recapitular el juego de Pablo de jugar con las personas, sin enfrentarse a los demonios que las tienen oprimidas y por lo tanto sin liberarlas.
¿Cuándo te has encontrado en situaciones en las que parecía peligroso abordar los problemas? ¿Has experimentado situaciones en las que estar "fuera del amario" se viese como una respuesta no segura ni inteligente a problemas críticos de injusticia? ¿Cómo has manejado estas tensiones? ¿Has estado en la posición de Jesús de tener que retirarte a pensar cuáles serían las mejores medidas a tomar en el futuro?
Las personas estamos en busca de quienes dicen la verdad y eso, en cierto sentido, es nuestra vocación. Nosotros ayudamos sacando las cosas a la luz del día. Cuando salimos del armario, sacamos muchas otras "cosas" del armario con nosotros, los demonios nos conocen como conocían a Jesús. También, como con Jesús, cuando tratamos de reprimir tales demonios en lugar de enfrentarlos, nos tropezamos con dificultades. Jesús cambia en su respuesta a los demonios. Al final de su reflexión en Marcos 1:39, él ve la predicación como una manera de traer el cambio que se necesita para echar fuera los demonios. Sin embargo, cuando lo seguimos a través de todo el evangelio de Marcos, vemos que llega a la compresión integral diferente de que la predicación por sí sola no hará el trabajo. Todos tenemos que desafiar a los sistemas de opresión de formas que cambien las vidas de las personas oprimidas, especialmente de las personas LGBT, que están a nuestra puerta en busca de la curación de la opresión social y la interiorizada.
Oración iclusiva
Dios de nuestro presente y nuestro pasado,
Ayúdanos a recordar cómo has dado poder a la gente
para trabajar por un cambio positivo en nuestro mundo.
Concédenos valentía y una visión del futuro
para afirmar y defender el derecho a la integridad de todas las personas.
Amén.
Versión original en inglés: http://sites.hrc.org/scripture/?page=02-08-09