Sábado 16 de octubre de 2011
Domingo 29ª de Tiempo Ordinario. Año A.
La santidad de Dios emana a través de todos los pasajes de la Biblia de hoy, animándonos a darnos cuenta del poder y la protección que Dios brinda a quienes buscan la justicia.
Tanto en Éxodo 33:12-33 como en Tesalonicenses 1:1-10 hay tensión entre la gloria de Dios y la capacidad de la comunidad para mantener esa visión. Incluso aunque, como Moisés y los perseguidos en Tesalónica, haya ocasiones en las que nos deleitemos en la calidez y el resplandor de esta santidad; sin embargo, tales momentos de singular revelación requieren las luchas de la fidelidad del día a día. Éxodo tiene la visión de un momento en el que la comunidad se resiste a continuar su nuevo sendero. ¡El nuevo camino asusta tanto que la comunidad no puede soportar su plena revelación!
¿Hay momentos en la vida LGBT en los que la plenitud de lo que Dios nos depara es demasiado para que la sobrellevemos?
En 1 Tesalonicenses, Pablo celebra el fiel coraje de una comunidad que ha abrazado esta nueva visión. Usa un lenguaje fuerte para hablar de su fidelidad. Sin embargo, incluso ese momento de visión singular requiere mantenimiento. Pablo escribe para mantenerse en contacto con los Tesalonicenses -para mantener viva la visión: "seguid progresando en el modo de vivir que agrada a Dios" (1 Tesalonicenses 4:1).
En Éxodo 33:12-23, Dios aún está ofendido con el pueblo por la creación del becerro de oro y, por consiguiente, elige no viajar en medio de ellos por el temor a que una nueva provocación conlleve un castigo. El Santo entrará en la Tienda del Encuentro para hablar con Moisés, pero solo después de que una nube envuelva la tienda y mantenga sus conversaciones en privado. Moisés no ve conveniente la distancia impuesta entre Dios y el pueblo hebreo y, una vez más, intercede. Argumenta que si Dios no está dispuesto a hacerse presente en medio del pueblo, no tiene sentido enviarlos a la Tierra Prometida.
Aunque Dios deja claro que lo que le pase a este pueblo de dura cerviz está solo en manos de Dios: "Porque soy misericordioso con quien quiero ser misericordioso, y soy clemente con quien quiero ser clemente" (verso 19), Dios transige como favor a Moisés, quien ama a este pueblo. A Moisés se le da una visión especial de la gloria de Dios cuando es elevado y puesto a salvo en una roca; Dios cubre sus ojos con una mano para protegerlo de la visión de su rostro, y pasa junto a Moisés en toda su gloria.
Dios no trata de esconderse de Moisés. Por el contrario, Dios está ofreciendo a Moisés una oportunidad de gustar ampliamente su Santidad y su poder. Es un gesto íntimo que deja a Moisés con un rostro que brilla tanto que debe ser cubierto (ver Éxodo 34). Dios protege a Moisés de la plenitud de su santidad incluso aunque sea algo bello y formidable. Algunas cosas son demasiado abrumadoras para experimentarlas o pueden inadvertidamente herirnos, aunque sean bellas. Por ejemplo, en nuestra comunidad se ha comprobado que, en algunos contextos, irradiar la gloria de nuestras relaciones es mortal. Hemos tenido que decidir cuándo y dónde es seguro ser honesto sobre a quién amamos, y dejar que nuestro amor brille en toda su gloria.
¿Cuándo has sentido la necesidad de esconder la gloria de tu relación para preservar tu seguridad? ¿Cuándo es apropiado o no hacerlo?
Tras el escudo que Dios levanta para proteger a Moisés hay una intensa gloria. Es importante recordar que el que la gloria a veces esté escondida para protegernos, ¡no significa que Dios no esté presente! Dios está con nosotros en todas nuestras luchas contra la injusticia y bendice la santidad de nuestras relaciones, incluso cuando la Iglesia no lo haga.
Isaías 45:1-7 se dirige al pueblo en el exilio que espera regresar a Jerusalén -estar de vuelta en casa. La santidad y la protección de Dios brillan bajo la forma de Ciro, siervo de Dios, el nuevo gobernante de Persia. Ciro ha abierto la puerta para que los exiliados vuelvan a Jerusalén y reconstruyan el Templo. Los versos 1-7 representan parte de un oráculo de celebración por la entronización de este gobernante ungido, cuya mano derecha Dios ha tomado como símbolo de su aprobación.
¿Cuándo te has sentido exiliado del hogar o de los lugares que son santos para ti? ¿Cómo allanará Dios el camino para tu regreso a este lugar santo?
De nuevo, la gloria de Dios se da a conocer, aunque esta vez a través de las acciones de un gobernante que allana las montañas, despoja de sus ropajes a los gobernantes opresores, rompe las puertas de bronce y las barras de hierro que restringen la libertad. El profeta, como Moisés en Éxodo 33, reconoce que la gloria está a veces escondida: "te entregaré tesoros escondidos y te daré a conocer recónditos secretos" (verso 3). Dios está presente incluso cuando no lo vemos. Isaías nos recuerda, como todos los textos de esta semana, que solo Dios es glorioso.
El Salmo 99 y el Salmo 96 1-9, (10-13) son salmos de entronización que celebran la presencia santa y estremecedora de Dios en la montaña rodeado de querubines, y el pueblo situado ante el escaño de sus pies. "Sea alabado su nombre grandioso e imponente" (Salmo 99:3). La necesidad de alabar a Dios es porque se enfatiza su santidad: "¡Grande es el Señor y digno de alabanza" (Salmo 96:4). Dios habla a su pueblo desde una columna de nube que les protege de ser arrollados y dañados al ver la plenitud de la gloria de Dios. Estos salmos destacan que Dios es poderoso y justo, y está aquí por todos nosotros, pero espera de nosotros que vivimos según la ley, que es santa
¿Cuándo te has sentido protegido de la plenitud de la gloria de Dios?
Pablo, Silvano (Silas) y Timoteo envían la carta de 1 Tesalonicenses a esta comunidad de fe elegida, que ha sufrido grandemente a manos de los perseguidores. En 1 Tesalonicenses 1:1-10, la santidad de Dios brilla a través de Tesalónica y a lo largo y ancho de Macedonia, y aún más allá, a causa de su espíritu gozoso en medio de la injusticia y porque esta comunidad imita a los discípulos y a Jesucristo. Como Tesalónica, las comunidades LGBT han sido perseguidas con frecuencia. Esta carta nos sirve de recordatorio de que la manera como lidiamos con la persecución, repercute en nuestra relación con el Santo. Cuando nos enfrentamos a la opresión, se afirma la hospitalidad (verso 9) y se presenta como ejemplo. Sin embargo, responder al odio con santidad y hospitalidad es muy difícil de hacer.
¿En qué momento has respondido al odio con santidad? ¿Cómo repercutió este comportamiento en la situación?
La cuestión en Mateo 22:15-22 es sobre gloria -la del César contra la de Dios. ¿Qué pertenece al César? ¿Todo? Entonces, ¿qué queda para César cuando uno le da a Dios lo que es suyo? Jesús fue puesto en medio de una situación artificial, que afectaba al pago de impuestos requerido de todos los ciudadanos por el gobierno romano. Los fariseos y los herodianos, no judíos de Idumea, intentan presentar a Jesús como traidor a Roma, preguntándole si era una violación de la ley judía pagar impuestos al emperador. Jesús hábilmente les devuelve el problema, evitando la trampa. El honor del César y la santidad que se representa en sus monedas no tiene poder real a ojos de Jesús, así que pueden pagarse. Sin embargo, la gloria de César es aparente en todas partes -materialismo, patriotismo, conformismo. ¿Dónde está la visión de la gloria de Dios?
El dominio de César, uno mundano y opresivo, no representa el reino de Dios -uno basado en la justicia y la equidad para todas las personas. El reino de Jesús brilla con la santidad de quienes llevan vidas santas.
¿Quiénes son aquellos que encarnan la gloria radiante de Dios? ¿Cuándo has encarnado al Santo?
Oración inclusiva
Santo Dios,
Tú pasas ante nosotros con gran resplandor.
Tú solo eres Dios y Santo es tu nombre.
Que un brillo de tu gran Santidad nos encienda
para que podamos hacer brillar tu amor sobre las profundidades de la injusticia.
Danos fuerza y poder para hacer tu trabajo y
danos la seguridad de que tu permaneces con nosotros bañándonos en tu gran Luz.