6 de noviembre de 2011.
Domingo 32º de Tiempo Ordinario (Propio 27). Año A.
Estos textos plantean preguntas perturbadoras. Los pasajes afirman bendición para los de dentro -buena noticia para quienes tienen la suerte de estar ya "dentro". Manténte alerta, sin embargo, como dice Jesús. ¡Estáte atento a cómo estos textos pueden llevarnos a usar el poder de los de dentro, para señalar a otros como excluidos y mantenerlos ahí!
¡Josué 24 es un texto aterrador! El pasaje nos hace preguntarnos: ¿Por qué no recordamos la fidelidad de Dios? (Después de todo, Dios está siempre presente). ¿A qué Dios servimos realmente? ¿Creemos realmente que hay suficiente? Suficiente tierra. Suficiente fe. Suficiente espacio. Suficiente aceite. Suficiente esperanza. Si hay suficiente, ¿por qué vivimos sin creer en la generosa providencia de Dios? Hemos visto los costes de tal incredulidad y de los compromisos asumidos con temor. Hemos visto genocidio, guerras de religión, economías nacidas del esclavismo, y la conversión de otros en chivos expiatorios como las "abominaciones" del mundo.
Hay, en verdad, textos aterradores y que nos hacen ser humildes. Nos invitan a volver a examinar lo que "nuestros antepasados nos han contado". El libro de Josué es una historia revisionista, una nueva narración de la colonización de la tierra desde la perspectiva de quienes ya han experimentado su pérdida.
En Josué 24:1-3a, 14-25, Josué encabeza una reconsagración que identifica la protección de Dios con sus pasadas conquistas militares. Este historiador esboza un telón de fondo sobre el que la tolerancia, el sincretismo, y la mezcla religiosa y racial serán tenidos como violaciones de la fidelidad al pacto, para condenar al pueblo. Hoy las personas LGBT son dolorosamente conscientes de que la fidelidad que aquí se demanda depende del juicio, la separación e incluso la eliminación de los otros. Tristemente, innumerables predicadores y gente religiosa han sintonizado su propio júbilo entusiasta con la melodía de este Dios celoso.
"No las mantendremos ocultas a nuestros hijos", el salmista habla de los hechos gloriosos de Dios en el Salmo 78:1-7. El salmista anima a una enumeración esperanzadora de las obras gloriosas de Dios, que hemos conocido y oído. ¿Qué nos sirve, sin embargo, como evidencia de Dios? ¿Qué nos da testimonio de la fidelidad de Dios cuando nos encontramos desplazados, exiliados o perseguidos? Claramente, nuestra conexión a la tradición -a los santos y héroes que nos han precedido, congregados en un lugares significativos que dan forma a la vida, tales como Siquem, Tesalónica o incluso Stonewall. Nuestra fidelidad depende, de alguna forma, de transmitir a las generaciones venideras estas historias de fe de nuestra liberación .
¿Cuáles son las personas y los sitios significativos de tu pasado que te recuerdan al Dios de liberación y justicia?
Los textos de hoy, sin embargo, introducen una cuestión singular: en esta transmisión, ¿esconderemos los hechos monstruosos perpetrados en nombre de Dios? ¿Daremos testimonio de ellos? ¿Asumiremos la responsabilidad de los mismos? ¿Acaso no es mayor fidelidad -una fidelidad vigilante y arrepentida- elegir no ocultar nuestros pecados a nuestros hijos?
Hoy, se nos llama aún a dar testimonio contra (finalmente por) nosotros. Las comunidades LGBT son un pueblo en camino, no perfecto, y sin embargo con la audacia para hablar en favor de la acogida radical de Dios. No deseamos solo seguridad y paz, sino fidelidad auténtica y participación en el pacto eterno de Dios. Tomamos nuestro lugar entre los antepasados, atreviéndonos a traer nuestras historias enteras -eligiendo decir "sí" al Dios liberador que afirma y rescata. Sin embargo, no podemos parar aquí. Como pueblo de todas las razas, religiones, identidades de género y capacidades, damos testimonio de que los "dichos de antaño" han confundido con mucha frecuencia, la protección de Dios con las victorias de la violencia humana. El exclusivismo ha demostrado, una y otra vez, ser un falso Dios, una falsa seguridad, nacida solamente de nuestros temores arraigados. Debemos siempre estar vigilantes y ser conscientes de esto.
¿De qué manera la tradición y el pasado han sido usados para preservar la desigualdad y la injusticia?
"¡Vigila; manténte despierto!" El cuento de las vírgenes que tienen aceite y las que no, nos mantiene intentando adivinar si nosotros estamos "dentro o fuera" en Mateo 25:1-13. El evangelio de Mateo deja típicamente la cuestión de la inclusión sin resolver. El pasaje nos desafía a cada uno y aquí ¡incluso desafía a los discípulos de Jesús! Más adelante en este mismo capítulo, de modo similar, cavilamos si seremos considerados "ovejas o cabras".
La historia de Mateo, no obstante, nos llama al autoexamen. Se nos invita en este día a poner en cuestión la misma idea de las rígidas categorías del dualismo, y a descubrir el daño que nos han hecho. Las comunidades transgénero, en particular, han soportado el coste de nuestra adicción a categorías de género dualistas y simplistas. Nos resistimos en justicia a la discriminación de Mateo entre los de dentro y los de fuera, pero ¿conservaremos el "aceite" que nos preparará para elegir de otro modo? ¿Cómo elegiremos prepararnos mientras esperamos una comprensión y justicia completas?
¿Alguna vez la división y la separación pueden ser una respuesta fiel? ¿Cuál es la llamada de Dios hoy a los "de dentro" y a los "de fuera"?
Con frecuencia se malinterpreta 1 Tesalonicenses 4:13-18 exactamente junto a las líneas dentro/fuera de triunfalismo y exclusividad que hemos visto en Josué demostrada en Jesucristo. Antes que servir a los propósitos de los triunfalistas, esta palabra pastoral nos exhorta a buscar en la vida de Jesús un modelo de vida resucitada -aunque parcialmente- para el aquí y el ahora.
Como testigos, somos invitados de hecho a estar vigilantes y preparados -a mantener nuestro aceite encendido. ¿Cómo, si no, estaremos preparados para reconocer el rostro de Dios en quienes parecen diferentes, y en quienes viven y aman de un modo diferente al nuestro? Necesitamos estar dispuestos en cuestión de segundos, para demostrar justicia y hospitalidad para todo el puedo de Dios, en el aquí y en el ahora. Esta disposición humilde y abierta, este "aceite" no se sustente ni en la arrogante certeza de que estamos "dentro", ni en el miedo paralizante de que estamos destinados a estar "fuera". Se sostiene por una misteriosa esperanza de que la bondad de Dios está demostrada, es leal y digna de confianza. Los criterios para reconocer esta bondad expresada en el pacto se pueden encontrar en la buena noticia de un arrepentimiento no pervertido por el juicio y la exclusión.
Oración inclusiva
Dios de gracia y amor,
somos testigos de un largo camino, del sufrimiento y de la fidelidad.
Es muy duro estar a la espera de cambios en nuestras vidas y en nuestro mundo.
Es difícil estar a la espera de puertas abiertas, de la igualdad, de la paz.
Durante nuestro tiempo de espera, ayúdanos a estar vigilantes y a ser fieles.
Y cuando crezca en nosotros el cansancio, calma nuestras mentes y nuestros corazones.
Asegúranos tu presencia constante, Oh Dios, y cúbrenos con tu amor sin límites.
Concédenos paz y valor para asumir los desafíos de este día. Amén.