2.8.11

Una comunidad de diversos colores

7 de agosto de 2011
Domingo 19º de Tiempo Ordinario (Propio 14). Año A.

Todos nosotros -gente de color, gente con discapacidades, igual que quienes formamos parte de la comunidad LGBT- nos enfrentamos con obstáculos puestos por quienes no pueden, o no quieren, aceptar la maravillosa variedad de la creación de Dios. Colectivamente, las lecturas bíblicas de hoy expresan el mensaje de que la fe en Dios nos sostendrá para hacer frente a esos obstáculos.

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En Génesis 37:1-4,12-38, José era el undécimo de los doce hijos de Jacob y Lea, Raquel, Bilha y Zilpa, y el primogénito de Raquel. Esto hizo de José el favorito de Jacob, que tenía 90 años en ese momento. Este favoritismo se puso de manifiesto cuando Jacob le regaló a José una túnica de diversos colores (verso 3). La disposición de Jacob a mostrar su preferencia por José, expone a José a la envidia de sus hermanos. La aparente ingenuidad de José sugiere una disposición de su parte a deleitarse en su estatus de preferido. Mientras que podría ser fácil para las personas marginadas identificarse con José, es importante reconocer que la dinámica "preferencia-envidia" actúa en nuestras vidas. Por ejemplo, Ron Hopson reflexiona: "¿No son las personas LGBT vulnerables a la envidia hacia la "normalidad" de las personas no LGBT? A veces me descubro a mí mismo envidiando la facilidad con la que las personas hetero se pueden mover por el mundo con total ausencia de preocupación sobre su orientación afectiva."

El leccionario omite los versos 5-11 que también indican otra fuente de envidia de los hermanos de José: es un soñador. Se supone que los sueños no parecen favorecer a los hermanos, pero -como indica el fianl de la historia de José- el cumplimiento del sueño de José significa vida para sus hermanos, no sumisión. Martin Luther King Jr. fue un soñador, y mientras que su discurso "Tengo un sueño" sigue inspirando a muchos en su trabajo por la justicia hoy en día, es un sueño que ha sido por otra parte amenazador para otros. La envidia y la incomprensión mutua de los sueños de cada uno puede dividirnos como hermanos y hermanas en la familia humana de Dios. Los hermanos de José sienten tanta envidia que quieren "matar a este soñador" (versos 19-29).

¿Cuáles son algunas de los sueños malinterpretados en la vida de tu comunidad y qué puedes hacer para promover el entendimiento? ¿Cuáles son las formas en las que "te delaitas en tu estatus e preferido"? Señala algunas dinámicas "preferencia-envidia" que actúan en tu vida, en la vida de tu comunidad.

El Salmo 105:1-6,16-22,45b requiere de nosotros que demos gracias y que contemos las obras y la promesa de Dios. Esta acción de gracias recuerda la alianza hecha a Abraham, una alianza no solo para Abraham, sino también con todos sus descendientes. En estos versos seleccionados nos encontramos de nuevo con José (verso 17), que es probado por Dios y es ahora un esclavo en Egipto. La fe de José en Dios es inquebrantable y de hecho, Dios, vuelve a ratificar su alianza liberando a José. José llega a ser un miembro prominente de la casa del Faraón. Sarah Carpenter-Vascik reflexiona: "Hablando como miembro de la comunidad transgénero, he sido menospreciada y ridiculizada, como otros defensores transgénero, por aquellos que prefieren actuar siguiendo sus propios sentimientos sobre transexualidad en vez de aceptarla. En ocasiones me he enfrentado a amenazas o a violencia física. Esta es la prueba de Dios para mí".

Sin embargo, cuando este salmo se lee en su integridad, es un ejemplo de la mejor y la peor literatura del exilio. No puede ser aceptable para nosotros vernos como herederos de lo que otros han trabajado duramente (verso 44), celebrando la bondad de Dios ante la catastrofe; mientras se espera la venganza de Dios, disfrazada de promesa de restauración (versos 11 y siguientes). Debemos mantener la tensión de saber honrar nuestra realidad sin reducir la realidad o el destino de algún "otro", incluso si ese otro se percibe como el causante de nuestro daño. Solo si asumimos la humanidad incluso de quienes son homófobos y desean negarnos los plenos derechos como personas, aseguramos que no nos convertiremos en los opresores de un "otro" de nuestra propia elección, una vez que estemos en una situación de privilegio.

En 1 Reyes 19:9-18, Elías cree que él es el único profeta que queda y se encuentra escondido en una cueva, en el desierto de Judea, lamentándose. El papel de Elías en la creación de un mundo justo y centrado en Dios es innegable, pero sugiere equivocadamente que él es el único reponsable de este servicio a la justicia: «Es muy grande mi amor por ti, Señor, Dios de las ejércitos. Los israelitas se han olvidado de tu pacto, han destruido tus altares, han matado a tus profetas, ¡y sólo quedo yo! Pero me andan buscando para quitarme la vida» (verso 10).

Elías parece incapaz o no dispuesto a reconocer que otros aún continúan trabajando por la justicia junto a él. Él no está solo, nunca lo ha estado. Dios llamó al oficial de Ajab, Abdías, que alimenta a otros cien profetas de Dios en una cueva (1 Reyes 18:4). Dios llamó a la viuda de Sarepta y a una multitud de ángeles y cuervos para cuidar de Elías de manera que él pudiera cumplir su llamada. Ahora que Elias parece cansado y quemado, aún hay otros a los que Dios puede acudir -Eliseo, Jazael y Jehú. A través de su dura prueba, Dios nunca lo abandona.

Hay veces en que nos podemos sentir como Elías y querer retirarnos. La magnitud de la homofobia y de otras formas de injusticia nos superan, hasta un punto en el que parece que estamos trabajando solos -que nadie se preocupa por la lucha o la entiende.

¿Cuándo te has sentido solo, abnadonado en tu lucha por la justicia por las comunidades LGBT? ¿Cómo sentimos la presencia de Dios, a la espera del sonido de Dios como viento y fuego o manteniéndonos abiertos a la presencia de Dios?

Para que resistamos el deseo de hibernar, somos llamados a recordar que luchamos por la justicia junto a personas innumerables, muchas de las cuales no si quiera conocemos tanto dentro como fuera de las comunidades LGBT. Actuar como si todo dependiese de nosotros solos es un acto de orgullo y de rechazo de Dios y de la comunidad. También nos inmobilizará.

El salmista en el Salmo 85:8-13 nos recuerda que Dios aún dirige una palabra de paz a sus siervos fieles como Dios hizo con Elías cuando se sentía abandonado y suprado en la misión. ¡Esta es la buena noticia! Quienes nos entragamos al servicio de la justicia nos podemos sentir alentados por el poder de intimidad y poder de las palabras en este salmo. De hecho, aparecen las mismas palabras que definen la esperanza de un reino mesiánico: la salvación de Dios está cerca y la gloria habitará con nosotros en la tierra. El amor leal de Dios (Hesed) y la verdad darán fruto en este mundo. Más aún, la justicia y la paz estarán tan presentes en este mundo co-creado que se besarán mutuamente.

Al leer Romanos 10:5-15, hay que tener cuidado de no caer en una lectura excluyente o antisemita de este texto de la carta de Pablo. ¿Lo que se puede sacar de aquí es el esfuerzo de Pablo por nivelar el terreno de juego? Nadie puede decir quién es quién en el proyecto de Dios. Esto es particularmente aplicable a las personas LGBT que con frecuencia son hechos chivos expiatorios y estigmatizados.

En Mateo 14:22-33, el discípulo Pedro tiene la audacia de pensar que él puede ser tan poderoso como Jesús y le pide hacerle caminar sobre el agua. El milagro real es cuando Pedro fija su mirada plenamente en Jesús y es capaz de mantenerse sobre las aguas. Cuando nos centramos plenamente en nuestra llamada por la justicia, especialmente por las comunidades LGBT, tenemos los recursos para permanecer aflote en comunidad compartida. Sin embargo, cuando olvidamos que Jesús y otros en la comunidad más amplia están también trabajando por la justicia, corremos el riesgo de sentirnos abandonados y tener una actitud de santurrones como Pedro. Cuando Pedro aparta su mirada de Jesús para centrarse en la violencia de la tempestad, se queda aterrorizado y se vuelve vulnerable, y comienza a hundirse. La buena noticia es que Jesús lo salva y lo devuelve a seguro -como Jesús hace por todos nosotros.

¿Cuándo recurrimos a nuestra fe en Dios? ¿Cuando nos enfrentamos a la adversidad o con algo con lo que no podemos lidiar? ¿Mantenemos nuestra fe en Dios con nosotros todo el tiempo?

En la tradición de los hacedores de milagros del primer siglo, Jesús tenía que ser capaz de hacer cosas exrtraordinarias para granjearse credibilidad en lo ordinario. Quizá, de forma similar, los que seguimos a Jesús deberíamos aspirar a hacer cosas extraordinarias (tales como amar a nuestros enemigos, asimilar el enojo y el miedo de personas homófobas sin pagarles con la misma moneda, y viviendo abiertamente, valientemente y fielmente, para proporcionar inspiración y esperanza a los demás).

Oración inclusiva

Oh Divino, que vienes a nosostros, con frecuencia, en nuestros sueños,
te dirigimos hoy esta oración con nuestro hermano Martin:
"Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono."

(Adaptado del discurso "Yo tengo un sueño" de Martin Luther King Jr., pronunciado en el Lincoln Memorial el 28 de agosto de 1963.)