9 de marzo de 2011
Miércoles de Ceniza. Año A.
ó
El Miércoles de Ceniza no es sólo un momento para mirar en profundidad a la realidad de nuestra propia humanidad; es también el comienzo del tiempo de Cuaresma. Es el tiempo cuando el pueblo cristiano es llamado a discernir y responder a los principados y potestades que aún devastan vidas.
Los temas de los textos de esta semana abarcan desde el juicio y el arrepentimiento hasta un ataque a la religión interesada y deshumanizadora. También incluyen una petición personal de perdón, enemigos que se reconcilian y la exhortación del evangelio a realizar con humildad nuestras prácticas espirituales y religiosas. Hay mucho que decir sobre las vidas LGBT en relación con cada uno de esos temas. Sin embargo, el tema que prevalece sobrecogiendo los corazones y las mentes de los autores esta semana es la horrible plaga y devastación que el profeta Joel apunta tan vivamente. Los autores del comentario de esta semana no pretenden una lectura y experiencia objetiva de estos pasajes. Más bien, como dos lesbianas y un hombre gay que son, nos invitan a "escuchar" la conversación cara-a-cara que tuvieron al lidiar con estos textos en relación a sus vidas y las vidas de la comunidad LGBT.
En Joel 2:1-2, 12-17 el profeta llama al arrepentimiento ante el terrible desastre que va a descender sobre el país a no ser que el pueblo "tiemble" (verso 1) y enmienden sus caminos con ayuno, llanto y duelo (verso 12). Si los sacerdotes y ministros de Dios lloran "entre la entrada y el altar" (verso 17) y el pueblo "rasga" sus corazones (verso 13) y cambia de manera radical, quizá Dios se arrepienta de castigarlo.
¿Cómo entiendes el arrepentimiento en tu propia vida individual y en la vida de una comunidad religiosa? ¿Qué clase de arrepentimiento es necesario en muchas de nuestras iglesias para acabar con la devastación de las vidas LGBT?
Una de las primeras cosas a las que las personas religiosas deben enfrentarse al leer esta clase de pasajes de juicio y arrepentimiento es la forma como Dios y sus acciones se entendían en el tiempo en el que se escribió el texto. La gente pensaba con frecuencia: si le pasaba algo terrible a una persona o a todo el pueblo, entonces Dios debía estar enfadado y todo el pueblo merecía ser castigado. Hoy, los que leemos estos textos podríamos pensar menos en la ira y el castigo de Dios a la hora de interpretar las tragedias personales y sociales, y más en la violencia y en la opresión que los seres humanos ejercen unos sobre otros.
Quizá podríamos pensar en que somos los ejércitos de enemigos (versos 1 y 2). ¿Cuándo nos hemos convertido en enemigos para nuestras hermanas y hermanos y para el mismo planeta? Necesitamos realmente arrepentirnos en el país y en el mundo, no como medio de "persuadir" (versos 13, 14) a Dios, sino como un acto justo de responsabilidad por todo lo que los seres humanos han hecho injustamente.
La devastación que predice el profeta Joel como inminente en los versos 1 y 2, se ha cruzado con en el panorama de las vidas LGBT. Los ejércitos del odio y la violencia son aún realidades cotidianas en las vidas de nuestra comunidad. La devastación de parte de muchos sectores de la iglesia y la sociedad, continúa destruyendo literalmente las vidas de personas jóvenes LGBT y ha costado a muchos de nosotros nuestros trabajos, nuestras relaciones familiares y nuestras relaciones íntimas de pareja.
El Dios que describe Joel parece ser a la vez nuestro aliado y nuestro enemigo. Dios parece estar al lado de la devastación y en contra de las vidas de las personas LGBT. Sin embargo, por otra parte, este mismo Dios es también al que debemos convertirnos. Parece agotador, sin embargo, encontrarse de nuevo un Dios que tiene que ser complacido para detener la "plaga de violencia", y toparse con un Dios que necesita que supliquemos clemencia y perdón para acabar con el castigo heterosexista.
Para nosotros tres, no obstante, parecía demasiado fácil simplemente sentarnos y hablar sobre la manera como la iglesia y la sociedad heterosexista han perpetuado este "ejército de violencia" sobre nuestras vidas. Queda bastante claro que Joel está llamando a arrepentirse a "todas" las personas (verso 1), no sólo a algunas. La comunidad LGBT tiene también que arrepentirse de algo. Este arrepentimiento no es por quienes somos, ni por por nuestro amor y sexualidad del mismo sexo, sino por la forma en que no hemos sido suficientemente audaces y ni nos hemos indignado lo suficiente, con lo que aún le sigue ocurriendo a nuestras propias vidas y las vidas de nuestros familiares y amigos.
Quizá no hayamos elevado siempre nuestras voces contra las prácticas religiosas interesadas y deshumanizadoras de las que el profeta Isaías habla esta semana. Una parte de los que resulta tan insidioso del abuso y la violencia es que exprime la energía de una persona para actuar y responder resistiendo con justa indignación. No siempre hemos reclamado el tipo de "reforma moral" que tan proféticamente demanda Isaías 58:6-8. En realidad, muchos miembros de nuestra comunidad son los "desnudos" (verso 7) y desposeídos a los que Isaías pide que atendamos con nuestras acciones concretas. Algunas veces ha sido más sencillo simplemente proteger nuestras "pequeñas esferas" de seguridad, en nuestro entorno cercano y en medio de nuestra familia de elección, que convertirnos en los que sueltan "las cargas de la opresión" (verso 6) y quitan el "yugo" (verso 9) de los miembros de nuestra propia comunidad LGBT que se encuentran más marginados, oprimidos y vulnerables, que aquellos de nosotros que hemos sido bien asimilados en las comunidades e iglesias más abiertas.
No siempre hemos pedido perdón de la forma rotunda en que el Salmo 51 nos pide que lo hagamos. Hemos dado alguna de las mismas excusas defensivas, de las que el salmista apremia al pueblo a convertirse, para renovar sus corazones y sus vidas (versos 1-17).
Para los miembros de la comunidad LGBT, ¿qué perdón buscas respecto a otros miembros de la comunidad LGBT? Para nuestros aliados, ¿qué oración de perdón ofrecerías a Dios por la devastación de las vidas LGBT?, y ¿cómo prodrías, de forma concreta, desatar los lazos de la opresión que abundan a nuestro alrededor?
Como personas LGBT, humilde y audazmente reclamamos al Dios de los profetas también como nuestro Dios. Incluso aunque no somos responsables de la mayor parte de la devastación de la violencia homófoba y heterosexista en nuestra tierra, como parte de la comunidad humana nos sentimos compelidos al arrepentimiento, cambiando o convirtiéndonos en serio. No siempre hemos hecho el trabajo necesario para detener la devastación, sino que más bien hemos hecho lo que fuese requerido para "integrarnos" e intentar tan solo vivir una vida "normal". Resistir la invasión constante de ejércitos enemigos es doloroso y agotador.
La invasión ha estado viniendo desde hace largo tiempo y, a veces, miembros de la comunidad LGBT necesitamos retirarnos, y regenerarnos y renovarnos nosotros mismos para la larga lucha por la transformación social y religiosa. El Miércoles de Ceniza es un momento importante para que las personas disciernan si es el tiempo de la acción decidida y valiente o el tiempo para retirarse de la devastación para renovarnos a nosotros mismos.
Al encontrarnos con Mateo 6:1-6, 16-21, reconocemos que a veces practicamos nuestras disciplinas espirituales en el tipo de "privacidad" a la que Mateo nos apremia (versos 26, 16-18). Nos implicamos en actos simbólicos y reales de oración, ayuno y limosna en lo secreto de nuestra vida de comunidad. No hacemos esto porque sea algo bueno y humilde como enseña Mateo, más bien lo hacemos porque tenemos miedo de hacerlo más público, de ser más visibles. Tenemos miedo de ser más radicales en nuestra "verdadera justicia" en un mundo donde ser abiertamente gay o lesbiana aún puede tener consecuencias fatales. Esto no es una excusa para ser menos visibles y radicales, sino que siempre tiene un impacto particular y único en las vidas LGBT.
Al leer las palabras de Mateo nos damos cuenta de que la comunidad LGBT con frecuencia vive su verdadera justicia en los mundos privados y secretos de seguridad que creamos entre nosotros. A veces es difícil vernos, difícil descubrirnos. Con frecuencia parece que no tenemos un tejido general y unificador de cultura o realidad que nos mantenga juntos como comunidad. Así que, a veces, nos vemos obligados a practicar nuestra "verdadera justicia" dentro de la privacidad de nuestra comunidad. Sin embargo, lo que resulta tan poderoso en los mandatos de Mateo, es que él cuenta con el hecho de que cada fiel judío efectivamente estará orando, ayunando y participando en actos de caridad y justicia, y por eso les apremia a ser humildes al hacerlo (versos 1-6).
La lectura del evangelio de Mateo es uno de esos textos que demanda de nosotros tomar en serio el "contexto". Para las personas LGBT podríamos dar la vuelta a las palabras de Mateo y, en su lugar, esforzarnos en expresiones públicas más valientes de nuestras vidas y de nuestras prácticas de "justicia" -así como desafiar a la comunidad heterosexual también a un testimonio igual de justo. Mateo llama a constantes comportamientos justos y a que esas acciones las realicemos con humildad.
¿Cómo podría Dios estar pidiendo a las personas LGBT invitar a todas las personas religiosas fieles a comprometerse en esos profundos actos religiosos, en beneficio de nuestra comunidad y de otras personas oprimidas -y hacerlo con profunda humildad?
Al encontrarnos con las palabras de 2 Corintios 5:20b-6:10, somos desafiados a ser la comunidad de la nueva creación de Dios. Nos damos cuenta de con qué frecuencia somos "desconocidos, pero bien conocidos" (verso 9) y tratados como "engañadores" aunque seamos "veraces" (verso 8). Pablo está defendiendo a la nueva comunidad religiosa de la que forma parte y exhortándola a que se consagren a acciones de reconciliación y paz. Está rememorando todas las cosas opresivas que deben soportar en nombre de Dios y de un mundo transformado.
El Miércoles de Ceniza es un buen momento para hacer recuento de cuántas "aflicciones, privaciones y calamidades" (versos 3-10) debe soportar cada uno de nosotros para propiciar la justicia para las personas LGBT y justicia para toda la creación.
¿Qué acciones has tomado en beneficio de las personas LGBT que verdaderamente hayan traído dificultades y aflicciones a tu propia vida? ¿Dónde ves ejemplos de la nueva creación de Dios en términos de vidas LGBT menos devastadas y menos oprimidas?
Oración inclusiva
Dios de justicia,
danos el valor de encarar todos los lugares de nuestra vida
donde hayamos participado en la devastación de las vidas LGBT.
Ayúdanos, este Miércoles de Ceniza, a ser sinceros
y a arrepentirnos de la opresión
que contribuimos a crear y a mantener
y danos una nueva resolución de ser, auténticamente.
comunidades de fe que encarnen tu nueva creación
al comprometernos en actos de reconciliación y paz.
Amén.
No siempre hemos pedido perdón de la forma rotunda en que el Salmo 51 nos pide que lo hagamos. Hemos dado alguna de las mismas excusas defensivas, de las que el salmista apremia al pueblo a convertirse, para renovar sus corazones y sus vidas (versos 1-17).
Para los miembros de la comunidad LGBT, ¿qué perdón buscas respecto a otros miembros de la comunidad LGBT? Para nuestros aliados, ¿qué oración de perdón ofrecerías a Dios por la devastación de las vidas LGBT?, y ¿cómo prodrías, de forma concreta, desatar los lazos de la opresión que abundan a nuestro alrededor?
Como personas LGBT, humilde y audazmente reclamamos al Dios de los profetas también como nuestro Dios. Incluso aunque no somos responsables de la mayor parte de la devastación de la violencia homófoba y heterosexista en nuestra tierra, como parte de la comunidad humana nos sentimos compelidos al arrepentimiento, cambiando o convirtiéndonos en serio. No siempre hemos hecho el trabajo necesario para detener la devastación, sino que más bien hemos hecho lo que fuese requerido para "integrarnos" e intentar tan solo vivir una vida "normal". Resistir la invasión constante de ejércitos enemigos es doloroso y agotador.
La invasión ha estado viniendo desde hace largo tiempo y, a veces, miembros de la comunidad LGBT necesitamos retirarnos, y regenerarnos y renovarnos nosotros mismos para la larga lucha por la transformación social y religiosa. El Miércoles de Ceniza es un momento importante para que las personas disciernan si es el tiempo de la acción decidida y valiente o el tiempo para retirarse de la devastación para renovarnos a nosotros mismos.
Al encontrarnos con Mateo 6:1-6, 16-21, reconocemos que a veces practicamos nuestras disciplinas espirituales en el tipo de "privacidad" a la que Mateo nos apremia (versos 26, 16-18). Nos implicamos en actos simbólicos y reales de oración, ayuno y limosna en lo secreto de nuestra vida de comunidad. No hacemos esto porque sea algo bueno y humilde como enseña Mateo, más bien lo hacemos porque tenemos miedo de hacerlo más público, de ser más visibles. Tenemos miedo de ser más radicales en nuestra "verdadera justicia" en un mundo donde ser abiertamente gay o lesbiana aún puede tener consecuencias fatales. Esto no es una excusa para ser menos visibles y radicales, sino que siempre tiene un impacto particular y único en las vidas LGBT.
Al leer las palabras de Mateo nos damos cuenta de que la comunidad LGBT con frecuencia vive su verdadera justicia en los mundos privados y secretos de seguridad que creamos entre nosotros. A veces es difícil vernos, difícil descubrirnos. Con frecuencia parece que no tenemos un tejido general y unificador de cultura o realidad que nos mantenga juntos como comunidad. Así que, a veces, nos vemos obligados a practicar nuestra "verdadera justicia" dentro de la privacidad de nuestra comunidad. Sin embargo, lo que resulta tan poderoso en los mandatos de Mateo, es que él cuenta con el hecho de que cada fiel judío efectivamente estará orando, ayunando y participando en actos de caridad y justicia, y por eso les apremia a ser humildes al hacerlo (versos 1-6).
La lectura del evangelio de Mateo es uno de esos textos que demanda de nosotros tomar en serio el "contexto". Para las personas LGBT podríamos dar la vuelta a las palabras de Mateo y, en su lugar, esforzarnos en expresiones públicas más valientes de nuestras vidas y de nuestras prácticas de "justicia" -así como desafiar a la comunidad heterosexual también a un testimonio igual de justo. Mateo llama a constantes comportamientos justos y a que esas acciones las realicemos con humildad.
¿Cómo podría Dios estar pidiendo a las personas LGBT invitar a todas las personas religiosas fieles a comprometerse en esos profundos actos religiosos, en beneficio de nuestra comunidad y de otras personas oprimidas -y hacerlo con profunda humildad?
Al encontrarnos con las palabras de 2 Corintios 5:20b-6:10, somos desafiados a ser la comunidad de la nueva creación de Dios. Nos damos cuenta de con qué frecuencia somos "desconocidos, pero bien conocidos" (verso 9) y tratados como "engañadores" aunque seamos "veraces" (verso 8). Pablo está defendiendo a la nueva comunidad religiosa de la que forma parte y exhortándola a que se consagren a acciones de reconciliación y paz. Está rememorando todas las cosas opresivas que deben soportar en nombre de Dios y de un mundo transformado.
El Miércoles de Ceniza es un buen momento para hacer recuento de cuántas "aflicciones, privaciones y calamidades" (versos 3-10) debe soportar cada uno de nosotros para propiciar la justicia para las personas LGBT y justicia para toda la creación.
¿Qué acciones has tomado en beneficio de las personas LGBT que verdaderamente hayan traído dificultades y aflicciones a tu propia vida? ¿Dónde ves ejemplos de la nueva creación de Dios en términos de vidas LGBT menos devastadas y menos oprimidas?
Oración inclusiva
Dios de justicia,
danos el valor de encarar todos los lugares de nuestra vida
donde hayamos participado en la devastación de las vidas LGBT.
Ayúdanos, este Miércoles de Ceniza, a ser sinceros
y a arrepentirnos de la opresión
que contribuimos a crear y a mantener
y danos una nueva resolución de ser, auténticamente.
comunidades de fe que encarnen tu nueva creación
al comprometernos en actos de reconciliación y paz.
Amén.