16 de enero de 2011
Domingo 2º después de Epifanía. Año A.
- ¿Qué significa ser elegido por Dios? ¿Qué significa ser amado por Dios?
La fuerza y la protección del enemigo son las imágenes evocadas en Isaías 49: 1-7. El siervo, el pueblo de Israel, confiesa su identidad como nacido y llamado por Dios, dotado con dones (cubierto por la sombra de Dios como protección, verso 2), y después enviado a mostrar fuerza y luz a otros. Las imágenes del nacimiento y del cuerpo conectan con la espada y la flecha. La restauración es el tema subyacente, la restauración de aquellos que han sido despreciados. El Salmo 40: 1-11 evoca más imágenes de restauración y protección que proclaman la confianza en Dios, como aquel cuyo amor y alianza mantiene lealmente a salvo al salmista.
- ¿Puede traer paz la guerra? ¿Puede construir la destrucción? ¿Puede curar la violencia? ¿Qué te lleva a contestar así estas cuestiones? ¿Qué te enseñan sobre ellas tus oraciones, tu experiencia y tu razón?
En 1 Corintios 1: 1-9, el apóstol Pablo saluda a la iglesia en Corinto, describe la congregación como fiel y después les exhorta a ser irreprensibles. La exhortación de Pablo continúa a través de esta lectura -acusando a los miembros de la comunidad de toda clase de fechorías. Más aún, la demanda de irreprensibilidad de Pablo continúa para funcionar como concepto de control desde arriba. Aquellos que tienen el poder determinan lo que es aceptable, mientras que los demás compiten entre sí por ser aceptados.
Lo que conecta la carta de Pablo con las demás lecturas del día es el lenguaje de fuerza a través de la bendición de Dios, aquí expresada así: “nada os falta en ningún don” (verso 7). Comunidades de toda clase pueden querer explorar esta línea aún más y celebrar la gran abundancia de dones en medio de ellas.
El pasaje del evangelio de esta semana cambia de Mateo a Juan. Juan 1: 29-42 presenta el diálogo de Juan el Bautista con Jesús justo después de su bautismo -también entre Jesús y Andrés y Simón.
A la luz de los textos precedentes que prometen fuerza y restauración, la llamada aquí es a un cambio de nombre -nuevas identidades, o nueva comprensión de la presente identidad de uno. Veamos el verso 43: “Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)”. El cambio de nombre conecta con una invitación: “venid y ved” (verso 39) y eventualmente con una invitación al liderazgo. La llamada es a reclamar la propia identidad en plenitud, y a usarla para seguir a Jesús (verso 43), a hacer la obra de Dios, incluso aunque no nos sintamos especialmente preparados o cómodos.
- ¿Qué o quién ha contribuido más a modelar quien eres y al modelado de tu comunidad de fe? ¿De qué manera el seguimiento de Jesús modela tu identidad y tu congregación? ¿Cómo manifiestas tu identidad en el mundo?
Esta dinámica resuena en profundidad para muchas personas LGBT, llamadas a manifestar su identidad, a usar el don de la propia identidad para actuar fielmente, incluso aunque no sea ni seguro ni cómodo hacerlo, pero necesita ser hecho.
Oración inclusiva
Dios de muchos nombres,
ayúdanos a honrar y reclamar nuestra identidad en ti.
Tú nos conoces mejor que ningún otro.
Ayúdanos a ser verdaderamente nosotros,
haciéndote presente tal cual somos, sin culpa ni vergüenza.
Nuestras acciones y tareas nos llaman a lugares
donde nos preguntamos: ¿dónde está Dios?
Permítenos el tiempo para parar y saber
que tú estás tan cerca de nosotros
como nuestra próximo aliento.
Amén.