13.11.10

Llevará su tiempo que llegue

14 de noviembre de 2010
Domingo 33º de Tiempo Ordinario. Año C.

Un futuro diferente -uno de justicia y paz- no sólo requiere fe y visión de futuro, sino paciencia y perseverancia. Un futuro así no viene con facilidad, porque Dios nos llama a la solidaridad y a la identificación con aquellos que sufren a causa de estructuras que, con frecuencia, nos proporcionan comodidad y aparente seguridad.

Los textos bíblicos de hoy dan testimonio del empeño de Dios en crear un nuevo mundo. Vemos también en estos pasajes a personas que continúan luchando y perseverando, con la persistente promesa de Dios y su presencia incansable. Estos pasajes nos hacen anhelar -y nos llaman a trabajar por- un futuro que está más allá de nuestra imaginación. Debemos levantar la mirada y seguir trabajando. No se acaba hasta que no se termina; el final no está aún ahí delante.

De una primera lectura de estos pasajes, ¿qué ves en ellas como promesas para las personas LGBT?

Mientras que 2 Tesalonicenses 3: 6 habla de la necesidad de vivir de acuerdo con la tradición, Lucas 21: 5-6 habla de cómo un edificio -o una institución- será derrumbado, derrocado o desechado. Uno debe tener cuidado de no sacar ningún tipo de implicaciones anti-judías dada la larga historia de las mismas dentro de la tradición y de las prácticas cristianas. A lo que estos pasajes apuntan, es a la posibilidad de cambio, tanto si es una tradición, un edificio o una institución. Muchas personas LGBT han sufrido a causa de tradiciones problemáticas (incluidas las cristianas) y han sido testigos de cambios que han estado a punto de convertirse en catástrofe (como varias formas de reacción violenta contra campañas LGBT a favor de la igualdad de  derechos). La buena noticia es que incluso las instituciones y tradiciones religiosas están sujetas a crítica y transformación, y que podemos participar en -y ser testigos de- cambios tanto positivos como negativos.

Además, Isaías 65: 17-25 proclama la buena noticia de que Dios se compromete y se involucra también en provocar cambios positivos. La promesa de la visión es que Dios acabará con todas las ideologías y prácticas que causen muertes prematuras (Isaías 65: 20). Hay muchas causas de semejantes muertes hoy en día, pero incluyen ciertamente varios "-ismos", como heterosexismo, sexismo, racismo, colonialismo o nacionalismo.

Tras una referencia al final de la explotación y a su sustitución por un futuro lleno de esperanza (Isaías 65: 21-24), Isaías pinta el bello cuadro del lobo y el cordero comiendo juntos, y el león comiendo paja como el buey (Isaías 65: 25). Este es un futuro en el que la diferencia no será más una barrera para la existencia armoniosa. En vez de estar el lobo esperando comerse al cordero y el cordero haciendo todo lo posible por escapar del lobo, los dos están en mutua relación. Quizá es aún más pasmosa la visión del león y el buey comiendo al misma cosa. En otras palabras, lo que vemos aquí va más allá de una simple tregua o declaración de paz, sino que vemos a un poderoso predador carnívoro que desarrolla un apetito y una dieta herbívoros, y que se alimenta de paja como un buey. ¿Nos atrevemos realmente, como personas LGBT que viven en un mundo heterosexista, a creer en la visión de Isaías?

¿Qué esperanza y qué desafío ves en esta visión de Isaías para las personas LGBT?

Así como tenemos que discernir entre tradiciones positivas y negativas, también debemos discernir cuando es realmente seguro sentarse con "el león". Confiar en la salvación de Dios y no tener miedo (Isaías 12: 2) no significa que grupos desfavorecidos y en peligro puedan bajar la guardia y abandonar su espacio protegido tras, digamos, un simple taller de entrenamiento de  la sensibilidad.

Es también importante recordar que la visión de los cambios de Isaías, tuvo lugar en el terrible contexto del envío al exilio del pueblo de Dios. Se hace más desafiante cuando vemos que en el tiempo de Lucas -que es varios cientos de años después de Isaías- la visión está aún lejana en el futuro. De hecho, para el Jesús de Lucas está claro que el derribo de un edificio religioso no sólo implica la llegada de un cambio duradero, sino que puede conducir a más conflictos y mayores catástrofes (Lucas 21: 9-17). Se debe confiar en las promesas de un cambio positivo, como aquellas dadas por Isaías, y se debe trabajar por ellas, pero su realización puede llevar un largo tiempo u ocurrir a través de generaciones. La fe implica no sólo una visión de futuro, sino también paciencia y perseverancia. Aunque sea duro oírlo, el Reino de Dios no vendrá sólo por la legalización de la igualdad matrimonial.

Como se muestra en el ejemplo de Isaías del león, que come paja como un buey, y su advertencia en contra de la explotación, las personas LGBT también necesitan ser desafiadas a ser solidarias con -por nombrar sólo unos pocos- con los trabajadores inmigrantes, los prisioneros y los refugiados alrededor del mundo, incluso o especialmente si no son de orientación o práctica LGBT. La justicia y la paz no llegarán si las personas LGBT no ven ningún problema en el aburguesamiento de vecindarios empobrecidos o en la explotación de los países pobres, ni luchan contra las mismas.

2 Tesalonicenses 3: 13 no sólo nos exhorta correctamente a no cansarnos de hacer el bien, lo que va antes de ese verso también sugiere que la paz y la justicia siempre implican esfuerzo y trabajo con otros, antes que vida apartada o dominio sobre los demás. Antes que lees este pasaje como una defensa de una ética protestante del tipo "sin trabajo, no hay paga", de orientación capitalista, quizá deberíamos interpretar el pasaje franca y honestamente, sugiriendo la importancia de ir más allá de la empatía con los otros a la identificación con los otros. Igual que en el ejemplo de Isaías del león comiendo paja como un buey (Isaías 65: 25), un futuro justo y en paz requiere de nosotros que veamos tanto nuestro dolor como nuestros privilegios, y llegar a identificarnos plenamente con aquellos a quienes puede que veamos como "otro" menor. Debemos estar dispuestos a renunciar a nuestros privilegios por el privilegio de estar relación.

Oración inclusiva

Dios de armonía y diversidad,
Dios que has creado al lobo y al cordero, al león y al buey,
ayúdanos a tener una mirada esperanzada hacia los cambios que nos has prometido.
Permítenos no estar tan preocupados por ver la transformación de los leones
que amenazan nuestras vidas y nos atormentan,
que dejemos de reconocer a aquellos que podrían resultar prendidos bajo nuestras garras,
aquellos que también claman por su liberación y su seguridad.
Amén.