29.10.10

Una visión de la justicia

31 de octubre de 2010
Domingo 31º de Tiempo Ordinario

Se nos recuerda que desear o aspirar a la justicia, no siempre conviene o conduce al statu quo. Comprometiéndonos con un Dios justo y eligiendo no ser convencionales en el presente podemos , sin embargo, avanzar más y más hacia un futuro justo.

Lucas 19: 1-10 es la ampliamente conocida historia de Zaqueo, el recaudador de impuestos. Por su popularidad, con frecuencia vemos esta historia como curiosa, antes que como controvertida. Sin embargo, hay bastantes incidentes inusuales. El primero es el comportamiento de Zaqueo. Se nos dice en el relato que es un "jefe de recaudadores de impuestos y ... rico" (Lucas 19: 2).

Normalmente, una persona del estatus de Zaqueo no corretearía alrededor, trepando a los árboles, para ver a nadie. En el curso normal de los acontecimientos, habría mandado llamar a Jesús a su casa. Que este hombre rico se salga de las estructuras sociales de su tiempo para ver a Jesús, dice algo de su carácter. Desea ver a Jesús y su estatura le obliga a adelantarse corriendo a la multitud y subirse a un árbol (19: 4). Esta inversión de las relaciones de poder normales, pone de relieve un tema que encontramos a lo largo de Lucas: los que están en el poder deben renunciar a sus modos y maneras si desean ser parte del Reino de Dios.

¿Cuáles son los rasgos del carácter de Zaqueo en los que podrías insistir, para aumentarlos o reforzarlos en tu propia vida?

Una transformación así es la que se resalta en Isaías 1: 10-18. El profeta dice que a Dios no le agradan las asambleas solemnes cuando no hay justicia en el país (1: 13). Isaías invoca también las historias de Sodoma y Gomorra del Génesis. Aquí Isaías deja claro que lo que destruyó a Sodoma y Gomorra no fue el homosexualidad. Lo que destruyó a estas dos ciudades fue su falta de preocupación por el oprimido, el huérfano y la viuda (1: 17). El verdadero sodomita es el que no practica la justicia.

La segunda cosa inusual en el relato de Lucas es la polémica que estalla sobre la visita de Jesús a la casa de Zaqueo y su resultado (Lucas 19: 7-10). Zaqueo es un pecador. ¿Por qué? Porque su oficio requiere que se relacione habitualmente con no judíos. En otras palabras, es ritualmente impuro. El recaudador de impuestos responde a esta crítica entregando la mitad de sus posesiones a los pobres. Jesús entonces declara que "la salvación ha llegado  esta casa" (19: 9). Zaqueo hace lo que manda el pasaje de Isaías. Es interesante, no obstante, porque anteriormente Jesús ha dicho: "Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que tiene no puede ser mi discípulo" (14: 33). Esta discrepancia entre lo que se dice y lo que realmente se hace, recorre todo el evangelio de Lucas.

Aunque no podemos resolver esta tensión en la narración, puede ayudar a explicarla lo que encontramos en Habacuc 1: 1-4 y 2: 1-4. Este profeta se sitúa en el centro de una comunidad de injusticia (1: 1-4). La respuesta de Dios a este problema, es ofrecer al profeta una visión de una sociedad justa de manera que las personas tengan una manera de medirse a sí mismas (2: 2-3). Como dice el profeta, "Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso" (2: 3).

¿Cuál es tu visión personal de una sociedad justa? ¿Cuál es la visión de justicia de tu comunidad? ¿Son iguales?

Las personas LGTB son frecuentemente apartadas como intrusas en sus propias comunidades. Como sucede con Zaqueo, lo que podemos ofrecer es pasado por alto o rechazado a causa de nuestro estatus. Si embargo, como Zaqueo, no debemos tener miedo de seguir a Jesús fuera de las estructuras sociales y asambleas tradicionales. Aunque puede que no siempre tengamos el poder y la influencia que Zaqueo ejercía, podemos duplicar su determinación de ver y oír de Dios, a través de nuestro deseo de proyectarnos más allá de las expectativas de los demás. Podemos buscar alianzas y asociaciones que promuevan la justicia y estén preocupadas por lo que el texto de Isaías enfatiza como importante: cuidar del oprimido, del huérfano y de la viuda.

Nombra algunas de las formas en las que tú y tu comunidad habéis estado orientados a la justicia y nombra algunas de las maneras en que no lo habéis hecho así.

A pesar de las actuales circunstancias de odio, rechazo y degradación, la comunidad LGTB y todos lo grupos que son perseguidos a causa de su color, sexo, estatus social y clase pueden elegir fomentar una visión de vida y justicia. Como Zaqueo, debemos decidir que no nos puede importar por más tiempo lo que la gente piense y elegir seguir a nuestro justo Dios de todas todas. Como el profeta Isaías, podemos buscar la visión de la justicia y la igualdad, y promoverla y procurarla diligentemente. Aunque puede que no siempre cumplamos nuestro objetivo de eliminar la discriminación y la desigualdad, a través de nuestra determinación y fe en lo que es justo, podemos hacer brillar una luz sobre los males del mundo. Podemos ser un faro de esperanza hacia un futuro más justo.

Oración inclusiva

Oh Dios, justo y fiel,
te agradecemos la oportunidad de vivir
como una visión de justicia y esperanza.
Permite que nuestro compromiso con lo que es justo
anime a otros a hacer lo mismo.
Danos la fuerza para salirnos de las normas
que hacen daño, degradan y oprimen,
y llévanos a descubrir formas frescas y fieles
de estar en el mundo.
Ayúdanos a ser dadores de vida y no tomadores de vida.
Ayúdanos a construir esperanza y propósito donde no los hay,
y a permanecer conscientes de que,
sin que importe nuestro estatus y nuestras circunstancias,
podemos ser catalizadores de cambio en este mundo.
Amén.