Domingo 17º de Tiempo Ordinario. Año C.
La llamada de Dios a la fidelidad nos invita a tomarle la palabra también a Dios al mismo nivel.
La Biblia, nuestras iglesias y nuestras vidas pueden presentar imágenes de Dios en las que parece enfadado, vengativo, abusivo o simplemente distante. Algunos nos han dicho que simplemente aceptemos estas imágenes sin cuestionarlas. Sin embargo, tomadas en su conjunto, las lecturas de esta semana nos animan a cuestionar estas imágenes, a tomarle la palabra a los mensajeros de Dios, e incluso al propio Dios, al mismo nivel de fidelidad con que Dios nos toma la palabra a nosotros. Helene Russell sugiere que la buena noticia para los cristianos LGTB es que la Biblia misma es un complejo compendio de tradiciones que nos piden entablar un diálogo crítico y cuestionador con ellas, entre nosotros y con Dios.
En Lucas 11: 1-13, Jesús nos enseña a insistir rogando a Dios por lo que necesitamos hasta que lo consigamos. En respuesta a la petición de los discípulos para que Jesús les enseñe a orar, él sugiere orar tanto por el estado del mundo ("Venga tu reino", verso 2), como por nuestras propias necesidades (el pan de cada día, perdón, protección de los momentos de prueba). Aunque el texto afirma que "el que pide recibe" (verso 10), Marti Steussy apunta, la historia de los amigos a media noche reconoce, como lo hace el Salmo 85, que a veces cuando llamamos, la puerta parece tardar en abrirse. Pero no debemos que la aparente distancia de Dios nos impida insistir en lo que más necesitamos.
Cuando oras, ¿pides por las cosas que dan vida y mejoran el espíritu? ¿Insistes en ello?
Charles Allen sugiere que Colosenses 2: 6-15 nos enseña cómo nuestra vida común en el Cuerpo de Cristo nos autoriza a cuestionar cualquier gobernante o autoridad que pueda condenarnos o menospreciarnos: "Tened cuidado y no os dejéis llevar por quienes os quieren engañar con teorías y falsos argumentos según las tradiciones de los hombres" (verso 8). El escritor nos dice que permanezcamos fieles a lo que se nos ha enseñado, pero, Marti Steussy señala, también presupone que la verdadera enseñanza libera, no encarcela. Ante cualquier enseñanza deberíamos preguntarnos: ¿Experimentamos plenitud y vida, nos sentimos enraizados, edificados y consolidados? ¡La verdadera enseñanza nos es mezquina, sino exuberante!
Helene Russell señala una aparente oposición entre la razón humana y la sabiduría divina en la lectura de Colosenses. Pero una mirada más cercana revela que el autor está oponiendo una particular filosofía que enseña doctrinas que nos son compatibles con la exuberante gracia y con la encarnación corporal que son centrales en el cristianismo.
¿Cómo disciernes entre la mera sabiduría humana y la Sabiduría que está fundada en la fe, en Cristo? ¿Hay alguna diferencia, por qué se caracteriza?
Génesis 18: 20-32 nos muestra a Dios que invita a nuestro padre en la fe, Abraham, a insistir en la fidelidad de Dios. Sin embargo, para el pueblo LGTB, subraya Charles Allen, este pasaje es un preludio de los más atemorizadores relatos de terror. Cualquiera que sea el pecado de Sodoma (¿la violación en grupo?, ¿la desatención del pobre? -Génesis nunca nos lo cuenta explícitamente), uno se pregunta por qué Dios necesitaría encontrar tan siquiera una persona "justa" en la ciudad -por no hablar de diez- para abstenerse de destruirla. Pero puede ser parte de la función del pasaje hacernos preguntar precisamente esa cuestión.
Como Marti Steussy observa, Dios realmente parce invitarnos a preguntarnos ("¿Le ocultaré a Abraham lo que voy a hacer? Génesis 18: 17). Abraham continúa planteando la cuestión, "¿Dejará el Juez de toda la tierra de hacer lo que es justo?" (verso 25). Y cada vez Dios acepta la modificación propuesta a sus planes, por lo tanto concediendo implícitamente que el plan previo andaba corto de verdadera justicia. Helene Russell se pregunta si Dios nos está animando a pensar críticamente sobre las normas de justicia y los juicios, y no a meramente aceptar las decisiones y las normas de la así llamada autoridad divina.
Oseas 1: 2-10 es un pasaje sorprendente a cualquier nivel. ¡Dios pide a Oseas que inicie una situación que viola los valores familiares convencionales! Peor aún, el propio comportamiento de Dios viola los códigos de comportamiento de Israel, ya que la metáfora asigna a Dios dos esposas (Israel, entendiendo por tal aquí el Reino del Norte, en el que Oseas profetiza, y Judá) que son hermanas (en violación de Levítico 18: 18). Más allá de eso, vemos a Dios representando el patrón de un abusador doméstico, repudiando con enfado a la familia y luego repentinamente anunciando que todo irá bien.
Marti Steussy señala: se supone que debemos ser sacudidos por esta lectura. Mientras que normalmente oímos la Escritura leída en una especie de solemne tono monocorde, los antiguos profetas eran predicadores callejeros que usaban cualquier recurso que pudiera captar la atención de la gente. Las palabras de Dios aquí habrían sido predicadas probablemente con una voz amarga, enojada que subrayase el horror de lo que estaba sucediendo. La cuestión era sacudir al auditorio para que sintieran el dolor de Dios; "¿No lo veis, pueblo? ¡Dios se siente como un amante traicionado! ¡Dios está tan defraudado que está pensando en repudiar a sus propios hijos!" Pero es un lenguaje peligroso retratar a Dios como un ser humano demasiado herida como para tratar con los demás como son.
Finamente, el amor esponsal de Dios (hesed) parece vencer (Oseas 11: 8-9). Pero Charles Allen insiste en que no debemos usar el último pasaje para "rescatar" éste. Verdaderamente no está bien ponerse violento con tu pareja no importa cuán profundamente te sientes traicionado. Puede ser una versión moderna, un Midrash, en este orden: imagina a Abraham respondiendo a Dios: "Sé que tu dolor es tan profundo como el de un amante traicionado, pero ¿no son tu amor y tu poder para sanar todavía más profundos?"
El Salmo 138 celebra la fidelidad de Dios, pero incluso este salmo festivo acaba urgiendo a Dios a que permanezca fiel.
¿Es necesario siempre rescatar un pasaje de la Biblia? ¿Cómo respondemos sinceramente a un retrato de Dios que parece bastante alejado del Dios de Israel del amor esponsal?
Oración inclusiva
Santo Dios,
nos has llenado de tu amor y tu pasión por la justicia,
y nos llamas a no conformarnos con menos.
Danos el coraje de pedirte también a ti
que seas tal como te nos has mostrado en tu vida común con nosotros,
en el nombre de tu Sabiduría encarnada y del Espíritu dador de vida.
Amén.