Domingo 2º de Cuaresma. Año C.
Los pasajes del leccionario para este segundo domingo de Cuaresma, incluyen un tiro certero de realismo sobre el peligro y la dificultad que aquellos que se comprometen con una visión inclusiva de Jesús deben afrontar.
Génesis 15:1-12,17-18; Salmo 27; Filipenses 3:17-4:1; Lucas 13:31-35 o Lucas 9:28-36
Esta semana conversan Kharma Amos, Deborah A. Appler y Greg Carey.
Sufrimiento, sacrificio y humillación caracterizarán frecuentemente la vida y el ministerio de aquellos que oponen resistencia a la influencia normalizadora de los dominantes y poderosos. Tejida a través de estos pasajes, sin embargo, hay también una persistente palabra de aliento para animarse y perseverar en la senda de la inclusividad, la reconciliación y la paz.
En el evangelio de Lucas y en el libro de los Hechos, Jerusalén es el hogar para Jesús. En esa santa ciudad, el niño Jesús es presentado, el joven hombre Jesús enseña en "la casa de su Padre" (2: 49), Jesús lleva a cabo su "éxodo" (9: 31), Jesús muere y, en Pentecostés, nace la joven iglesia. Realmente, la buena nueva comienza en Jerusalén y se extiende a través de Judea y Samaria, hasta que alcanza los confines de la tierra (Hechos 1: 8).
Preparándose a empezar su itinerario hacia Jerusalén (ver Lucas 9: 51), Jesús informa a sus discípulos del destino que va a encontrar allí (9: 21-22). Jesús más adelante advierte a cualesquiera seguidores que su senda puede conducirles al mismo destino -uno debe tomar la propia cruz cada día, perdiendo su vida por causa de Jesús para encontrarla (9: 23-27).
Jesús está en su camino a casa, entonces, cuando tres de sus seguidores encuentran una gloriosa revelación (Lucas 9: 28-36). Jesús lleva a Pedro, Juan y Santiago a una montaña a orar. Allí, los tres ven a Jesús totalmente transformado. Los vestidos de Jesús brillan con una blancura deslumbrante, y los discípulos ven a Jesús conversando con Moisés y Elías.
¿Qué experiencias de "cumbre de montaña" o momentos históricos nos han dado fuerza a las personas LGTB de fe, aún cuando afrontamos privaciones?
Esta historia de la transfiguración de Jesús nos recuerda lo tentador que puede ser agarrarse a los breves momentos de experiencia de éxtasis religioso que hemos tenido. Ha habido momentos y lugares en los que hemos alcanzado a ver el potencial de una iglesia abierta, en los que las personas LGTB han sido específicamente incluidos y celebrados en el culto. Tales momentos y lugares incluyen servicios de culto en congresos, servicios de orgullo LGTB en capillas de seminarios, refugios seguros de congregaciones con un compromiso abierto y oficial de ser "welcoming and affirming" y denominaciones que ven a la comunidad LGTB como central en su ministerio. Sin embargo, debemos también ministrar un mundo que no siempre es tan amistoso.
Para el evangelio, está claro que aquellos que siguen a Jesús afrontarán continuas privaciones y frustraciones. Está igualmente claro que una realidad como ésta no debe ralentizar el avance en la senda hacia la paz y la reconciliación. Debemos esforzarnos en el sentido de nuestra alta vocación y vivir por imitación los caminos de Cristo (Filipenses 3: 14; 3: 17-4: 1), quien transformará nuestra humillación.
También recordamos el lugar de la Transfiguración en la historia de Jesús del evangelista Lucas. En respuesta a la débil oferta de Pedro de un tabernáculo en honor de Jesús, Moisés y Elías, una voz viene de la nube que cubre a los discípulos: "Este es mi Hijo, ni Elegido; escuchadlo" (Lucas: 9:35). La voz recuerda a los discípulos las duras palabras de Jesús ocho días antes: El Hijo del Hombre debe soportar gran sufrimiento, como deben hacerlo sus seguidores (ver Lucas 9: 23-27). Los discípulos experimentan esta revelación al prepararse para Jerusalén, donde Jesús va a morir y ellos van a ser puestos a prueba.
¿En qué podrían los creyentes LGTB conectar con los sufrimientos de Cristo? ¿Cuáles de esas conexiones son inquietantes? ¿De qué forma podrían esas conexiones dar esperanza?
Lucas 12: 31-35 pinta un cuadro del ministerio de Jesús como uno que no será frenado o menguado por la influencia de los que detentan el poder, incluso el poder de matar. Frente al peligro, Jesús reafirma su compromiso para sanar a los que necesitan sanación, para traer alivio a los que sufren, para vivir día a día de acuerdo con su vocación. Jesús se lamenta: ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste! (versículo 34). Aquellos que creen en esta visión inclusiva de todos los hijos de Dios siendo reunidos, deben incluir a las personas LGTB y a otros que viven en los márgenes de la iglesia y de la sociedad. Ellos deben descubrir que estas palabras expresan su propia frustración con aquellos quienes tienen el poder para excluir o deslegitimar ministerios audaces de inclusión. Se nos recuerda el coraje de los pastores que han afrontado juicios eclesiásticos, revocación de credenciales o reasignación a ministerios de menor grado, cuando se han negado a cesar sus audaces actuaciones de acogida e inclusión radicales, incluso encarando amenazas reales y peligros provenientes de los que tienen el poder.
Filipenses 3: 17-4: 1 muestra algunos de los consejos más problemáticos de Pablo: "seguid mi ejemplo" (verso 17). A primera vista, parece que Pablo pide conformidad en el nombre de Jesús. ¡En este momento cultural, lo último que necesitamos es conformidad! Quizá, sin embargo, Pablo merece una mirada más cercana. Cuando Pablo pide a la gente que lo imite, él siempre quiere decir una cosa precisa: servir a los demás antes de mirar por uno mismo. Pablo apela al ejemplo de Jesús que renunció a sus propios privilegios por la salvación del género humano (Filipenses 2: 5-11). Igualmente, Pablo contrasta su propio ministerio con aquellos que usan el ministerio para extender su propio poder y construyen su provecho propio: "su dios es el vientre" (versículo 19). Pablo, por otra parte, ha seguido a Jesús incluso hasta el punto de su propio encarcelamiento. Imitar a Pablo significa considerar las necesidades de la comunidad antes que servir a las necesidades de uno mismo. (Este énfasis entre "imitar" a Pablo y servir a la comunidad está en otros lugares de los escritos de Pablo. Compara con 1Corintios 4: 16 y 4: 6-13 y también con 1 Corintios 11: 1 y 10: 23-33).
¿Qué ejemplos tienes de gente que haya sacrificado privilegio o poder, incluso su propia vida, en beneficio de una comunidad mayor? ¿Cómo os desafía su testimonio a ti y a tu comunidad de fe?
¿Puede el Jesús sufriente traer la buena nueva a las comunidades marginadas de hoy? ¿Puede el ministerio de Pablo de autosacrificio traer liberación? Antes de dar un sí o un no a esta pregunta, considera la situación específica en la que Pablo desarrolla su trabajo. En 1 Corintios, Pablo habla contra aquellos cristianos que usan su estatus y sus dones para humillar a otros. Y en Filipenses, Pablo clama para oponerse a versiones del evangelio que ante todo sirven a quienes las predican. En otras palabras, Pablo no llama a aquellos que ya son débiles a mayores niveles de degradación; más bien, llama a los que son fuertes a ser solidarios con aquellos que son débiles. Este ejemplo nos desafía a discernir nuestras relaciones con el poder y la debilidad.
¿Quiénes entre nuestras hermanas y hermanos LGTB necesitan especialmente aliento, defensa y consuelo por parte de otros que en la comunidad LGTB tienen fortaleza para compartir? Para ti y para aquellos que conoces, ¿es este un tiempo de búsqueda de fortaleza, de ofrecimiento de fortaleza, o ambas cosas?
Génesis 15: 1-12, 17-18 es el pacto con el patriarca hebreo Abraham, pero también más allá de Abraham a sus descendientes. Los tres grandes credos abrahámicos, judaísmo, islam y cristianismo, se reconocen a sí mismos en esta historia, celebrando su propia inclusión en la herencia de Abraham. Sin embargo, las personas LGBT experimentan frecuentemente exclusión de estas mismas tradiciones. Se les ha dicho que ellos no pertenecen a las mismas. Para las personas LGTB, el anuncio de la elección es un refrescante vaso de agua en un día tórrido y árido. Para aquellos a quienes las comunidades de fe han dicho tradicionalmente "No", Dios dice "Sí". Muchos de nosotros conocemos el gozo que se produce cuando las personas LGTB son reconocidas dentro del contexto del culto. Las comunidades que reconocen a las personas LGTB, celebran su fe en libertad y liberación, en la plena seguridad del "Sí" divino.
Aunque la historia de Abraham expresa el "Sí" de Dios a Abraham y sus descendientes, también implica varios "Noes". "No" a Agar y a su hijo, que no será el heredero de Abraham (Génesis 21: 8-21). "No" a los habitantes de la tierra que Dios promete a Abraham. (Fíjate en que el leccionario excluye los versos que expresan los aspectos más exclusivistas del pacto de Abraham: Génesis 15: 13-16, 19-21.) Con frecuencia el Génesis caracteriza a los vecinos de Israel y a los que se encuentran fuera de la iglesia como malvados o no bendecidos. En ocasiones, parece, las personas identificadas como LGTB deben decir "No" a la contribución propia de la Escritura a la deshumanización y la exclusión.
El Salmo 27 celebra la total confianza en Dios, en quien aquellos que son excluidos o despreciados deben poner su esperanza. Las comunidades LGTB -que han sufrido durante largo tiempo el temor a las consecuencias de ser abiertos y sinceros sobre la verdad de su sexualidad- pueden cantar, "Dios es nuestra luz y salvación, a quién temeremos" (versículo 1). Incluso al darnos cuenta del peligro real para sus vidas y medios de subsistencia que muchas personas LGBT o sus amigos en la iglesia afrontarán si "salen" a la luz del día, debemos esforzarnos por el objetivo de crear un lugar para todos donde alabar y adorar a Dios abierta y sinceramente. Incluso aunque sepamos que algunos serán desposeídos o rechazados por padres y familiares, no debemos abandonar nuestra fe en que aún veremos la bondad de Dios para todas las personas "en la tierra de los vivos" (versículo 13). Puede que tengamos que esperar para eso, pero no podemos abandonar esta esperanza. Que nuestros corazones cobren aliento, ya que nuestra espera se caracteriza por un compromiso activo e incesante por crear una acogida para los marginados y excluidos.
Las lecturas del leccionario para hoy nos desafían a un gran nivel de discernimiento y valiente fidelidad. En la elección de Abraham, encontramos nuestra propio sentido de pertenencia. La senda de Jesús, expresada por Lucas y Pablo, llama a sus seguidores a vivir audazmente el camino de la paz. Jesús nos llama a asumir sacrificios en provecho de los excluidos.
¿Cómo expresas gratitud a Dios por ser elegido y llamado "discípulo"? ¿Qué evoca la llamada al sacrificio en ti y en otros de la comunidad LGTB?
ORACIÓN INCLUSIVA
Espíritu de Jesús,
tú que anhelas reunir a los hijos de Dios,
mantén nuestra pasión por acoger y amar a todas las personas,
especialmente a los que son marginados y excluidos.
Somos conscientes de que seguirte
supondrá sufrimiento y lucha;
sin embargo, consuélanos.
No estamos solos o lejos de tu cuidado.
Capacítanos para perseverar en tu camino de paz.
Amén.
Versión original en inglés: Out in Scripture