8.9.12

Oye el llanto a la puerta

Domingo 23º de Tiempo Ordinario. Año B

Descubre una llamada profética para la comunidad LGBT en todas las lecturas de este día -desde la Escritura hebrea, la carta de Santigo y el evangelio de Marcos del encuentro entre Jesús y la mujer sirofenicia. Es una llamada a usar nuestra experiencia de estar en los márgenes para asegurar que otros estén incluidos.

Proverbios 22:1-2,8-9,22-23;
Santiago 2:1-10(11-13),14-17 y
Marcos 7:24-38.

Esta semana conversan Wayne A. Reed, Ann Holmes Redding y Judith Hoch Wray.

Proverbios 22:1-2, 8-9, 22-23 trae una palabra profética para la iglesia entera sobre cómo tratamos a  los pobres. El proverbio es un amplio recordatorio de que Dios es el Dios tanto de los privilegiados como de los pobres (Proverbios 22:2), de que Dios insiste en el fin de la opresión económica (Proverbios 22:16) y de que Dios nos llama a la generosidad agradecida (Proverbios 22:9). La comunidad LGBT sabe lo que significa ser un extranjero y un "afligido" en la puerta (Proverbios 22:22). Sin embargo, nuestra comunidad está llamada también a reconocer que no siempre hemos abrazado a quienes son pobres. Este texto invita a un nuevo examen de la intersección de las opresiones. Recordando que ser LGBT es estar en la puerta (fuera), no osamos entrar por la puerta dejando a otros fuera. La personas LGBT que tienen el privilegio de estar fuera del armario, no puede permitirse más ignorar a quienes son pobres. No importa lo mucho que pensemos que ganamos por nuestro propio privilegio financiero, a menos que afrontemos la injusticia económica, perdemos (Proverbios 22:16). Ser un defensor de la comunidad LGBT incluye la solidaridad con los pobres y marginados.

¿Quiénes son los afligidos en la puerta? ¿Y cuál es la relación entre ellos?

Santiago 2:1-17 continúa la llamada profética de Proverbios. Ten cuidado cuando las opresiones de otras personas son vistas como menos importantes que la nuestra. Santiago 2:1-7 juzga el favoritismo económico que eleva a los privilegiados y no tiene en cuenta a quienes son pobres. Destapa la fe superficial que es seducida por las apariencias -una parte insidiosa de nuestra propia cultura hoy. Santiago ofrece una palabra a la vez de misericordia y de desafío. Cuando sufrimos el juicio de los que se creen justos, escuchamos la buena nueva: "La compasión (...) saldrá triunfante del juicio" (Santiago 2:13). Cuando estamos a favor de la riqueza y el atractivo descuidando a nuestras hermanas y hermanos, pecamos. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Santiago 2:8-9).

¿Qué síntomas de "parcialidad" reconoces en tu comunidad? Pide a grupos diversos que respondan a la misma pregunta y compara las respuestas.

Marcos 7:24-30, una historia sobre quién tiene acceso a la mesa, se coloca entre los episodios donde se da de comer a los 5.000 (Marcos 6:30-44) y a los 4.000 (Marcos 8:1-10). La historia nos presenta a Jesús formulando la posición de la tradición de su fe por la que un gentil (por no hablar de una mujer con una hija poseída por el demonio) no podía compartir la mesa con un judío. Esta es lo que implica la afirmación, "no está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perros" (Marcos 7:27). Jesús se ve desafiado a ir más allá de lo que le habían enseñado, e incluir en la mesa a quienes se consideraba que estaban excluidos del amor y del cuidado de Dios. El problema que afronta la iglesia primitiva se puede parafrasear en las imágenes de Proverbios 22: los gentiles están en la puerta; ¿vamos a dejarlos entrar?

¿Quién es la mujer sirofenicia hoy?

Marcos 7:31-37, el relato de Jesús sanando al hombre que no podía oír, nos recuerda cómo a menudo a las personas y comunidades marginadas, como la de las personas sordas y las LGBT, se les dice que guarden la buena noticia para ellos mismos (Marcos 7:36). Un encuentro con la obra de liberación de Jesús el Cristo, sin embargo, abre los oídos, suelta las lenguas e invita al testimonio audaz. Este celoso anuncio de la sanación, ¡es un relato de la Escritura en el que se celebra la desobediencia a Jesús (Marcos 7:36-37)! La Escritura nos ofrece un recordatorio especial para que no menospreciemos el testimonio de nuestras hermanas y hermanos, LGBT o no, en la comunidad de personas sordas.

ORACIÓN INCLUSIVA

Dios de los ricos y los pobres,
de los gays y no gays,
recuérdanos que eres el creador de todos nosotros.
Abre nuestros oídos
para que podamos escuchar los gritos de los que están en la puerta,
y que podamos actuar para asegurar que todos puedan entrar y festejar en tu mesa.
Sálvanos de la soberbia de creer
que las opresiones de los demás son menos importantes que las nuestras.
Llena tu iglesia de la compasión de Jesús,
que todo tu pueblo pueda experimentar y encarnar tu misericordia. Amén.

Versión original en inglés: Out in Scripture.