27 de febrero de 2011
Domingo 8º después de Epifanía. Año A.
En los pasajes para hoy, la Biblia habla de "salir". Sin embargo, ¿cuáles son las características distintivas de esta "salida"? ¿Qué tiene que ver Dios con ella?
¿A qué se nos invita?
La invitación a "salir" ha sido un punto de encuentro en el movimiento LGBT. De este modo Isaías 49:8-16, con su explícita exhortación a "salir" (49:9) y sus promesas de libertad, parecería ser un pasaje ideal para una comunidad cristiana acogedora e inclusiva.
Por supuesto, "salir" frente a los prejuicios sociales, políticos e individuales sigue siendo difícil. Dadas las realidades de discriminación laboral, intolerancia religiosa y rechazo familiar, las personas LGBT tienen muchas razones justificadas para preocuparse por las posibles consecuencias de "salir".
Los israelitas exiliados a los que se dirige Isaías 49 aparentemente tienen razones para preocuparse por su futuro también. De hecho, el verso 14 indica que han sido abandonados y olvidados por Dios. Sin embargo, el autor de Isaías 49 responde a tal desesperación "transexualizando" a la deidad de Israel. Aunque Dios es presentado con frecuencia como una deidad masculina en la Biblia hebrea, el profeta caracteriza aquí a Dios como una madre compasiva que cuida de los hijos que cría (verso 15). Incluso aunque una madre ocasionalmente olvide a sus hijos, continúa el profeta, Dios nunca olvidará a los israelitas. El mensaje de este oráculo que trastoca los géneros es, por lo tanto, uno de esperanza y ánimo.
Se invita al lector a confiar en Dios incluso en las más difíciles circunstancias, en un pasaje que evoca las palabras del salmista que afirma, en el Salmo 131, que "me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre" (verso 2). Esta esperanza, esta confianza y este cuidado siguen siendo importantes para las personas de fe que "salen" de cualquier tipo de circunstancias difíciles para iniciar un camino hacia un futuro incierto.
¿Cómo ayuda la imagen de Dios como madre nutriente a las personas de fe que están intentando abandonar circunstancias opresivas?
La esperanza y la confianza se enfatizan también en Mateo 6:24-34. La exhortación de Jesús contra la preocupación "por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir", es bien conocida pero difícil de seguir. Sin embargo, puede ser un consejo crucial para los que luchan contra la injusticia o apoyan causas impopulares, pues la excesiva ansiedad por el futuro puede impedir totalmente que alguien actúe. Llamando la atención sobre los pájaros, las flores y otros seres vivos de la vibrante creación de Dios, Jesús nos recuerda el cuidado de Dios por sus criaturas y que la preocupación, con frecuencia, no nos lleva a ninguna parte. Además, esta reflexión sobre la creación ofrece una vía para re-centrarnos nosotros mismos ante los desafíos.
Esta re-centralización puede ser útil para las personas que están saliendo de cualquier tipo de difícil circunstancia, como quiere la confiada afirmación de Pablo en 1 Corintios 4:1-5 de que al final sólo importan los juicios de Dios. Ni las opiniones ajenas, ni siquiera (como Pablo sugiere en el verso 3) nuestra propia tendencia a juzgarnos a nosotros mismos, deberían hacer que nos desviáramos de la tarea a la que estamos llamados.
Sin embargo, mientras que la exhortación de Isaías 49 a "salir" puede alentar a las personas de fe de hoy, es importante tener en mente las diferencias de contexto y situación. Isaías 49 fue escrito para personas reales del mundo antiguo que tenían que vérselas con un desplazamiento geográfico a consecuencia de una ocupación militar por un poder imperial. Quienes son invitados a "salir" son explícitamente llamados "prisioneros" (verso 9). Lejos de convertir este mensaje en irrelevante para los lectores contemporáneos, el reconocimiento del contexto histórico del capítulo puede animarnos a ampliar nuestra comprensión de las distintas luchas que distintos pueblos han afrontado alrededor del mundo, en el pasado y también en el presente. Después de todo, el desplazamiento geográfico, la ocupación militar y la prisión física, son hoy tan reales como en el mundo antiguo. Todas las personas que viven semejante realidad necesitan oír palabras de aliento y esperanza. De este modo, la reflexión detenida de Isaías 49 ofrece a las iglesias inclusivas la oportunidad de encontrar conexiones y establecer alianzas entre múltiples movimientos por la justicia, la paz y la compasión.
Sin embargo, mientras que la exhortación de Isaías 49 a "salir" puede alentar a las personas de fe de hoy, es importante tener en mente las diferencias de contexto y situación. Isaías 49 fue escrito para personas reales del mundo antiguo que tenían que vérselas con un desplazamiento geográfico a consecuencia de una ocupación militar por un poder imperial. Quienes son invitados a "salir" son explícitamente llamados "prisioneros" (verso 9). Lejos de convertir este mensaje en irrelevante para los lectores contemporáneos, el reconocimiento del contexto histórico del capítulo puede animarnos a ampliar nuestra comprensión de las distintas luchas que distintos pueblos han afrontado alrededor del mundo, en el pasado y también en el presente. Después de todo, el desplazamiento geográfico, la ocupación militar y la prisión física, son hoy tan reales como en el mundo antiguo. Todas las personas que viven semejante realidad necesitan oír palabras de aliento y esperanza. De este modo, la reflexión detenida de Isaías 49 ofrece a las iglesias inclusivas la oportunidad de encontrar conexiones y establecer alianzas entre múltiples movimientos por la justicia, la paz y la compasión.
¿Qué vínculo establecemos como personas LGBT de fe con otras comunidades que sufren injusticia y violencia? ¿Cómo podrían las personas LGBT estar llamadas a servir o a estar en solidaridad con esas comunidades?
Oración inclusiva
Dios de esperanza y cuidado, y Madre de todos nosotros,
buscamos tu apoyo mientras salimos de nuestras situaciones difíciles.
Ayúdanos a recordar y apoyar a otros
que también están saliendo de circunstancias difíciles,
que a menudo son muy diferentes de las nuestras.
Sosténnos en tu fuertes brazos, te rogamos. Amén.