24.12.10

Navidad desde los márgenes

25 de Diciembre de 2010
Víspera y día de Navidad

La Navidad celebra la encarnación de Dios en forma humana, mostrándonos que Dios se identifica con nuestras vidas.

Todas las personas oprimidas son invitadas a entrar en esta historia del nacimiento de Jesús, a través de la identificación con el niño nacido dentro de una familia pobre, que experimentó el rechazo y la degradación. También somos invitados a entrar por los pastores, que están en el último puesto de la escala social en la Judea del primer siglo. Se nos anima a entrar en la historia con la canción de los ángeles que proclaman paz y buena voluntad para todos. Nos identificamos con estas personas como los excluidos que han sido despreciados injustamente por la sociedad. Aquellos quienes han experimentado esta exclusión hoy –sea por causa de etnia, cultura, género, diferencia sexual o discapacidad- entran en esta historia por su identificación con el niño Jesús, con la Sagrada Familia, y con sus primeros visitantes.

Cuando  lees la historia de Navidad en Lucas 2, ¿qué consuelo, interrogantes y desafíos surgen?

El énfasis rector de la historia sobre los oprimidos y desfavorecidos contrasta con fuerza con la teología real de las clases dirigentes presentes en Isaías 62, el Salmo 97 y Tito 3. En todos estos pasajes el énfasis permanece sobre los poderosos: el rey de Jerusalén entrando procesionalmente en el templo, Dios como rey y los ricos que son herederos.

Por otra parte, en el libro de Isaías la justicia se refiere a la distribución de recursos en la sociedad, de manera que todos puedan alcanzar su potencial. La reconstrucción de las murallas de Jerusalén en Isaías 62 y el Salmo 97, tiene que ver con los intereses de los desfavorecidos y oprimidos, en cuanto que ellos buscan protección. El sentido de estos pasajes, sin embargo, va de escogidos y excluidos –con la recompensa de los que siguen a este Dios, mientras que todos los demás son destruidos (Salmo 97: 4-8).

El Salmo 97 fue elegido probablemente por sus referencias al orden cósmico y las proclamas que recuerdan el canto de los ángeles en Lucas 2. Sin embargo, la paz no es proclamada en este salmo y, especialmente, no para aquellos que no permanecen fieles a este Dios. La perspectiva de este salmo hace difícil vivir en paz en comunidades que hoy están compuestas de personas de diferentes creencias. La perspectiva también tiene que ver con quienes hemos sido declarados y tratados como “excluidos”. Aunque algunas personas LGBT miren estos textos como una senda hacia la inclusión, otros son cautos en cuanto a si habrá auténtica aceptación para ellos.

A lo largo de tu vida, ¿cuándo te has sentido como un excluido? ¿De qué forma ser un excluido cambia la manera de relacionarte con otros excluidos y de relacionarte con Dios?

Es estos pasajes, el elitismo y la pérdida de capacidad de acción y responsabilidad humanas se ponen de relieve –es Dios quien hace todo. El papel de los humanos en el drama de la vida es eclipsado por la ideología “de arriba abajo”. En Lucas 2: 1-20, los humanos observan, oyen, meditan, viajan, pero no parecen tener la capacidad de afectar sus propias vidas. Incluso la afirmación, en Tito 3: 4-5, de que no son nuestras obras ni capacidad de acción, sino la misericordia de Dios la que afecta a nuestros resultados, actúa contra la asunción de responsabilidades del ser humano por sí mismo. Esto es más importante para personas que están oprimidas a causa de su sexualidad, clase, género o etnia. La asociación con Dios en la gestión de nuestros problemas es un punto de vista teológico más capacitador.

Vemos el retrato de María, la elegida para ser la madre del niño Jesús, como una inclusión positiva de la perspectiva de la mujer en el evangelio. Con María vemos una mujer meditando en su corazón y explorando intelectualmente los hechos que ocurren y que van a ocurrir en la vida de su hijo. A través de su meditación, que está en línea con Sabiduría en Proverbios y Sophia en las tradiciones griegas, se nos solicita entrar en la historia bíblica desde el punto de vista de una mujer. Mientras que el último domingo la lectura de Mateo ponía el acento en la reacción de José al estado de María, en el evangelio de Lucas logramos una comprensión de la historia del nacimiento desde la perspectiva de María.

Estos textos en Lucas, sin embargo, aún están fuertemente dominados por la masculinidad, con las mujeres puestas en segundo lugar. María, después de permitir que su cuerpo sea usado para portar y dar a luz al niño Jesús, no tiene nada más que decir en el relato. ¿Dónde está la madre de José? Todos los demás personajes, incluso los ángeles (hoi angeloi) son masculinos, lo que es sorprendente, ya que en la tradición bíblica hebrea son las mujeres las que se alegran con danza y canto (Éxodo 15; Jueces 11; 1 Samuel 18).

Mientras que algunos argumentan que las mujeres están incluidas entre los fieles de Dios en el Salmo 97: 10 y los herederos en Tito 3: 7; son Dios y Jesús, y los salvadores masculinos, quienes influyen en todos. No hay otra referencia femenina en todos estos pasajes. Esto cobra importancia porque las mujeres están incluidas en la historia a causa de la prominencia de María en la historia. Por eso, para asegurar que nos damos cuenta de la influencia de las mujeres en el drama de la vida, debemos examinar cómo son presentadas en el texto, especialmente en cuanto que esto se relaciona con el acceso y el ejercicio del poder.

De forma similar, las personas LGBT, y otras personas oprimidas, son invitadas en la iglesia a apoyar sus programas a través del ofrecimiento de su tiempo, talentos, fondos y servicio, pero después son silenciadas. Aunque muchas congregaciones inclusivas declaran con orgullo a las mujeres y personas LGBT como pastores y líderes laicos, muchas otras silencian sus voces.

Las personas LGBT de fe pueden apresurarse al pesebre, pero no pueden identificarse con los pastores. Pueden incluso limpiar el establo, pero deben avergonzarse de su sexualidad, etnia, género y clase. Deben meditar en sus corazones, pero no ofrecer estas partes de sí mismos como un recurso para la iglesia. Deben esperar ser herederos, posiblemente en la vida eterna, pero ahora no van a empujar a la iglesia a redefinir justicia y rectitud, a mover la sexualidad fuera de las categorías de pecado. Deben cantar en el coro, escribir las canciones más emocionantes de pop-góspel, entretener a la multitud, pero no deben reclamar voz. En orden a hacer viables la paz y la buena voluntad para todos, la iglesia debe convertirse en un lugar seguro para todos –defender los derechos de todos y desafiar a la sociedad cuando estos derechos y esperanzas sean despreciados.

¿De qué forma celebra tu congregación los dones de las personas LGBT? ¿Cuándo silencia la sabiduría y los dones de las mismas? ¿Qué oraciones y posibles acciones surgen de reflexionar en estas cuestiones?

Podemos reclamar nuestro propio poder a través del niño Jesús. Nuestra esperanza de Navidad es la transformación del mundo –de uno que refuerza a los poderosos y aplasta a los últimos, a uno donde reclamemos nuestras propias voces en asociación con un Dios de paz y justicia.

Oración inclusiva

Dios de nuestros antepasados,
al cantar nuestras alabanzas esta Navidad
danos ojos para ver
que en medio del gozo y la celebración hay discriminación;
danos valor para elevar nuestras voces cuando lo veamos
y para trabajar por el cambio;
danos fuerza para levantarnos
y reclamar nuestro poder desde los márgenes;
continúa desafiándonos,
cuando nos unirnos al coro de los ángeles en protesta y celebración.
En el nombre aquel cuyo nacimiento celebramos este día, Jesús.
Amén.