Domingo 1º después de Navidad. Año C.
Esta semana estás invitado a incorporar un ministerio para los jóvenes, y en especial para los jóvenes LGBT, en la vida plena de la iglesia. Estamos llamados a proporcionar un entorno de integridad y seguridad para ellos, para traerlos -con sus preguntas, sus plegarias, sus esperanzas y sus dones- a Cristo.
1 Samuel 2:18-20; Salmo 148; Colosenses 3:12-17; Lucas 2: 41-52
Conversan Mona West, David Wynn e Irene Monroe.
La historia de la juventud de Samuel es importante para la comprensión tanto ética como teológica de la llamada de Dios y la elección de Samuel como líder. 1 Samuel 2: 18-20 nos cuenta el servicio fiel de Samuel, en contraposición al comportamiento impío de los hijos de Elí (versículos 12-17). La madre de Samuel, Ana, hizo el voto de que si tenía un hijo, sería dedicado al servicio de Dios para siempre (1 Samuel 1: 11). Cuando Samuel finalmente nació, fue llevado al sacerdote Elí para cumplir ese voto (1 Samuel 1: 24-28). Años después, Samuel sirve en la presencia de Dios vistiendo un efod de lino, el atuendo propio del sacerdote, aunque él no tiene un "pedigrí" sacerdotal. Incluso de joven, comienza a cumplir su vocación.
Los versículos 21-25, omitidos de la lectura de hoy, expresan la nada efectiva reprimenda de Elí a sus hijos impíos. Por el contrario, el versículo 26 devuelve la atención del lector sobre Samuel, mostrando cómo crece continuamente en sabiduría y se hace grato delante del Señor. Estos pasajes traen a nuestra consideración la importancia de los jóvenes que responden a la llamada de Dios en sus vidas. Como personas de fe LGBT, nuestro ministerio debería de estar con los jóvenes en los lugares donde viven, crecen y maduran. Deberíamos estar trabajando con los jóvenes para ayudarles a traer sus dones y su ministerio a la vida y la liturgia de la iglesia.
¿Qué evoca este pasaje en ti y en tu comunidad sobre el ministerio con gente joven?
El Salmo 148 se usa cada año el primer domingo después de Navidad, y también el quinto Domingo de Pascua en el año C. El Salmo 148 pertenece a los salmos de aleluya, entre los que se incluyen los salmos 113-118 y 146-150. Es un himno para el culto público.
El Salmo tiene tres partes. En los versículos del 1 al 6, el salmista convoca a todo cuanto hay en el cielo para alabar a Dios. En la Biblia, "cielo" o "los cielos" significa dos cosas. Puede significar el cielo donde podemos ver el sol, la luna y las estrellas (versículo 3). O puede significar la morada de Dios, donde también viven los ángeles de Dios (versículo 2). Los ángeles son sirvientes de Dios en el "cielo". En los versículos del 7 al 10, el salmista le dice a todo cuanto hay en la tierra, excepto a los seres humanos, que alabe a Dios. Finalmente, el salmista pide al pueblo que alabe a Dios.
Si consideramos la llamada de los jóvenes a la vida plena en nuestras congregaciones, necesitamos incluirlos en la conducción del culto también -especialmente cuando el salmista invita a "los jóvenes y también las doncellas, los ancianos con los niños" (versículo 12) a alabar a Dios.
¿De qué manera podemos ayudar a los jóvenes LGBT a expresar su gratitud a Dios y a expresar su alegría en el culto?
Colosenses 3: 1-17 describe la nueva vida de aquellos que han sido llamados por Cristo. El versículo 12 llama la atención sobre los "elegidos de Dios". Este versículo recuerda el pacto de Dios con el pueblo hebreo como el pueblo elegido de Dios (Deuteronomio 7: 6). Compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia son las cualidades y atributos que los elegidos de Dios deben exhibir. Estas cualidades son, sin embargo, consideradas generalmente como cualidades de siervos dentro de la cultura helenística o griega en la que vivían los cristianos colosenses. Estas son también cualidades características de Cristo como expresión de la idea de que "Cristo es todo en todos" (Colosenses 3: 11). El versículo 13 nos exhorta: "Soportaos mutuamente", enfatizando que la interacción de los elegidos entre sí es un espejo de la relación entre Dios y su pueblo.
El pasaje de este día continúa identificando las cualidades de la vida que han de vivir quienes son llamados: El versículo 13b afirma que Dios "os perdonó, perdonaos también vosotros". El mismo pensamiento se expresa al revés en la oración de Jesús, "Perdónanos nuestros pecados, como también nosotros perdonamos" (Lucas 11: 4). El versículo 14 dice: "practicad el amor", lo que enfatiza que el amor es un atributo esencial de los elegidos, y una expresión del amor de Dios en Cristo que liga a todos los cristianos juntos. El versículo 15 afirma: "os ha llamado", y nos recuerda que los elegidos no han tenido la iniciativa en su elección, sino que más bien son "llamados" por Dios. Las diferencias individuales, tanto las fortalezas como las debilidades, se subordinan al ser llamados por Dios y también a la unidad del pueblo elegido de Dios. El versículo 17 concluye la epístola del día exhortándonos a vivir nuestras vidas plenamente, en todo lo que hacemos, en el espíritu de Cristo de amor y unidad.
Como personas LGBT debemos enseñar a nuestros jóvenes que ellos son también pueblo elegido de Dios. Como elección de Dios, sus diferencias individuales no deben ser usadas para debilitar sus vínculos con Dios y con los demás.
¿Cómo podemos expresar la unidad en Cristo y el servicio fiel a Cristo, como personas tanto gays como heteros?
Lucas 2: 41-52 es único en los evangelios. Es el único registro que tenemos en los evangelios canónicos de la infancia de Jesús entre su nacimiento y su salida a la escena pública en torno a la edad de treinta (Lucas 3: 23). Todo el evangelio de Lucas está estructurado como un camino en que Jesús viaja desde Galilea hasta Jerusalén.
El versículo 40 afirma: "Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén, a celebrar la fiesta de la Pascua". Según la enseñanza hebrea, todo varón adulto debía presentarse ante Dios en las tres fiestas: Pascua, la Fiesta de las Semanas (Pentecostés) y la Fiesta de los Tabernáculos (Éxodo 23: 14; 34: 23; Deuteronomio16: 16; 1 Reyes 9: 25). En esta ocasión, Jesús acompañó a sus padres cuando "cumplió doce años" (versículo 12). Esta mención de los doce años es rara, pues un varón alcanzaba su mayoría de edad religiosa a los trece, cuando observaba las obligaciones (mizvot) de la Torah. Sin embargo, este versículo muestra una conexión entre la historia de Jesús con la historia de Samuel. Según la tradición judía, la etapa profética de Samuel comenzó a la edad de doce años.
Lucas 2: 46, que dice "escuchándolos y haciéndoles preguntas", sugiere que Jesús no estaba instruyendo a los maestros en el templo, porque él era un alumno. Sólo después, en el versículo 47, se convierte en el maestro elogiado. El versículo 50 afirma: "debo ocuparme de los asuntos de mi Padre". Jesús sabe, incluso a la temprana edad de doce años, la santa dimensión de su llamada y elección. El término "debo" expresa la fuerza y el poder de su llamada, que continuará a lo largo de su vida. En el versículo 52: "Jesús crecía, y con la edad aumentaban su sabiduría y el favor de que gozaba ante Dios y la gente", se repite la idea central de Lucas 2: 40 y se completa el marco en torno a todo el pasaje de hoy. Jesús, un joven que sigue los pasos de Samuel, fue llamado y elegido por Dios. Este pasaje nos invita a recordar y atender al poder espiritual que poseen los niños llamados por Dios.
¿Qué podríamos estar perdiéndonos si leemos los pasajes de 1 Samuel y Lucas desde una perspectiva solo de adultos? ¿Cómo podemos recuperar una lectura desde la perspectiva de una persona joven? ¿Qué os podría estar diciendo Dios a ti y a tu comunidad sobre el ministerio con los jóvenes?
ORACIÓN INCLUSIVA
Gran Espíritu,
al viajar por nuestro sendero espiritual,
inspíranos con un espíritu de juventud.
Enséñanos a escuchar tu voz
en las plegarias, las preguntas, y los dones
de los hermanos y hermanas más jóvenes.
Protege y guía a todos tus hijos e hijas
con tu sabiduría, tu gracia, tu paz, tu sanación y tu aliento.
En el nombre de Jesús. Amén.
Versión original en inglés: Out in Scripture