3.2.12

Centrar nuestra atención en Dios

29 de enero de 2012
Domingo 4º después de Epifanía. Año B.

Cada pasaje de la Biblia de esta semana nos presenta a Dios -que nos llama a la reverencia y a la alabanza, a las palabras  y a la acción fieles, a la claridad sobre quién es Dios. Al centrarnos en Dios, y Dios en Jesucristo, es mejor que mantengamos nuestra propia integridad y testimonio.

Deuteronomio 18:15-20; Salmo 111; 1 Corintios 8:1-13; Marcos 1:21-28

El Salmo 111 establece el escenario para escuchar todos los pasajes de este domingo. El salmo nos invita a centrarnos en las obras de Dios más que en cualquier otra cosa que reclame nuestra atención. El salmista pide al pueblo que defina su relación con Dios por la admiración y la alabanza.

¿Cómo afectaría a tu vida que tuvieras que abordar cada relación basándote en un conocimiento fundamental de que las obras de Dios, la provisión de Dios, la alianza de Dios fuesen el principio rector de todas las relaciones?

Deuteronomio 18:15-20 comienza recordando al pueblo que la llamada al profeta es en respuesta a la necesidad del pueblo. La llamada continúa refiriéndose a la importancia de vivir la vida, como la hemos recibido de Dios. La intención de Dios proporciona la interconexión de la responsabilidad mutua entre los profetas y el pueblo. Proporciona una base para debatir cómo vivimos nuestra vocación, si esa llamada es al ministerio en la iglesia o a la integridad en nuestras vidas y relaciones.

¿A qué ha sido llamado? ¿Quién o qué te mantiene responsable de tu llamada?

Mediante el establecimiento de la naturaleza única e incomparable de Dios que todo lo abarca, 1 Corintios 8:1-13 establece el escenario para el amor como el principio rector de nuestras relaciones. Ese principio de amor siempre se establece en el contexto del poder y la responsabilidad. En nuestras conversaciones sobre este texto, nos resistimos a la tentación de pensar que Pablo está llamando a un "mínimo común denominador la fe." En cambio, se espera que entendamos la diferencia entre las diferencias sin importancia y la integridad esencial en nuestra comprensión de una vida fiel. Decir que debemos "tener cuidado de que esta libertad vuestra no venga a ser piedra de tropiezo para los débiles" (versículo 9) no significa que vayamos a dejar de afirmar los dones esenciales de todos nuestros diferentes géneros y expresiones sexuales. Lo que significa es que debemos permitir que el amor gobierne nuestras actitudes hacia las personas que no ven las cosas de la misma manera en que nosotros lo hacemos.

La implicación es que una "conciencia débil" viene de una débil comprensión de la plenitud de Dios y del amor de Dios. En nuestro contexto cultural, la advertencia es, sin duda para aquellos que exigen la negación del don dado por Dios de la orientación sexual de las personas cristianas LGBT con el fin de que aparezcan "curados". Esta negación a menudo les lleva a pecar contra sí y contra Dios por quien fueron maravillosamente hechos.

¿Qué significa ser llamados a cuidar de aquellos que son "débiles en la comprensión", cuando aquellos que son débiles en la comprensión son fuertes en el poder en las iglesias y en la cultura?

En estos pocos versículos de Marcos 1:21-28, Marcos presenta tres dinámicas del ministerio de Jesús que se volverán a examinar en más detalle cuando el relato del evangelio se desarrolle en capítulos posteriores. La primera dinámica (Marcos 1:21-22, 27-28) identifica a Jesús como alguien que enseña con autoridad -una autoridad que sorprendió a la gente. La segunda dinámica (Marcos 1:23-24a, 26) pone de relieve la autoridad de Jesús sobre los espíritus inmundos. En el centro del texto (Marcos 1:24 b-25) se encuentra la tercera dinámica, Jesús que silencia la proclamación de que él es "el Santo de Dios", una atribución reconocida por primera vez en este evangelio por el espíritu inmundo. (Téngase en cuenta que en todo el evangelio, Marcos deja constancia de que Jesús exige silencio sobre quién es realmente. Para ejemplos, véase Marcos 1:34, 44;. 3:12;. 5:43.)

Nuestra conversación nos llevó a preguntarnos hasta qué punto tenemos que predicar en contra de la comprensión tradicional de las dinámicas de poder de este texto. Queremos desafiar la vinculación de la designación de "impuros" y la necesidad de silencio, largo tiempo aplicadas a las mujeres y a los que transgreden "las normas" sexuales y de género. Si bien reconocemos que la autoridad de Jesús sobre "espíritus inmundos" nos habla de su poder e identidad, somos prudentes acerca de quién tiene la autoridad para determinar qué espíritu es limpio y qué espíritu es inmundo. Por una parte,  en la presentación que hace Marcos de Jesús, quien tiene el coraje de decir la verdad acerca de Jesús ("tú eres el Santo de Dios", versículo 24) es llamado impuro y silenciado. Por otra parte, muchas personas LGBT -que han tenido el valor de nombrar la verdad sobre sí mismas y su relación de amadas con Dios- han sido llamadas inmundas y silenciadas. Después de explorar este pasaje juntos, celebramos una invitación a reclamar la autoridad de Jesús para enseñar y para mantenernos en nuestra propia integridad. Estamos llamados a no callar ni a aceptar la designación de impuros.

¿Puedes pensar en ejemplos en los que Jesús es utilizado para silenciar a las personas a quien algunos creen impuras? ¿Cuáles son los riesgos de estar del lado de quienes han sido silenciados en nombre de Jesús?

Oración inclusiva

¡Aleluya!
     Te damos gracias, Dios,
     Fuente de Sabiduría,
     Dador de verdad,
     Fundamento de todo ser,
     Protector de los débiles,
     Voz de los silenciados
     Amante de la integridad,
     la Justicia y la Paz.
     Que así sea. Amén.

Versión original en inglés: http://sites.hrc.org/scripture/?page=02-01-09