Dios nos llama a una relación. Cuando abundan el sufrimiento y la angustia, nosotros también clamamos: "Dios, ¿dónde estás?".
Job 23: 1-9, 16-17 y el Salmo 22: 1-15 nos retratan a Dios como aparentemente ausente en los sufrimientos de su pueblo. Estas dos lecturas pueden ser, no obstante, recursos poderosos para la gente LGBT. El salmista da testimonio del dolor del sufrimiento emocional, mental y físico (Sal 22: 6-7, 14-15), mientras que Job da voz a una desesperación que lo consume (Job 23: 16-17). Las lecturas crean una salida que ayuda a la comunidad LGBT a expresar sus propias experiencias de sufrimiento dentro de una comunidad de fe más amplia y, al mismo tiempo, nos invitan a conectar nuestra historia con aquel pueblo de Dios, nuestros antepasados, que vinieron antes que nosotros (Sal 22: 4-5).
Tanto el salmo como Job rabian contra la ausencia de Dios. Algunos comentaristas creen que la cuestión central de Job es: "¿Por qué le ocurren cosas malas a la gente buena?". Aún más, cuando el salmo y Job entran en el debate, una nueva pregunta surge: "¿Dónde está Dios cuando a la gente buena le ocurren cosas malas?".
¡El fundamento de estas lecturas es relacional! Tanto Job como el salmista están buscando a Dios. (Job 23: 3, 8-9; Sal 22: 1-2) Los autores continúan llamando a Dios a una relación, aunque Dios parezca estar ausente. "No te separes de mí, que la angustia está cerca y no hay quien me ayude" (Sal 22: 12). Esta tensa relación, sin embargo, puede ser nuestra esperanza. Nuestro sufrimiento puede conducirnos a una comprensión más profunda de nuestra conexión con una humanidad sufriente, un mundo sufriente y, muy posiblemente, con un Dios sufriente.
¿Cuáles son los llantos y los sufrimientos de nuestro mundo que nadie, incluso Dios, parece advertir?
Tanto el salmo como Job rabian contra la ausencia de Dios. Algunos comentaristas creen que la cuestión central de Job es: "¿Por qué le ocurren cosas malas a la gente buena?". Aún más, cuando el salmo y Job entran en el debate, una nueva pregunta surge: "¿Dónde está Dios cuando a la gente buena le ocurren cosas malas?".
¡El fundamento de estas lecturas es relacional! Tanto Job como el salmista están buscando a Dios. (Job 23: 3, 8-9; Sal 22: 1-2) Los autores continúan llamando a Dios a una relación, aunque Dios parezca estar ausente. "No te separes de mí, que la angustia está cerca y no hay quien me ayude" (Sal 22: 12). Esta tensa relación, sin embargo, puede ser nuestra esperanza. Nuestro sufrimiento puede conducirnos a una comprensión más profunda de nuestra conexión con una humanidad sufriente, un mundo sufriente y, muy posiblemente, con un Dios sufriente.
¿Cuándo sientes la ausencia de Dios? ¿Cómo afectan el sufrimiento y la discriminación a una relación con Dios? ¿De qué manera el sufrimiento ha influido en la fe de los miembros de la comunidad LGBT?
Lee Hebreos 4: 12-16. "La palabra de Dios", la palabra de verdad, revela la profundidad de nuestro anhelo de Dios. Tanto si esa palabra es de angustia y desesperación, como si es de sanación y transformación, es "viva y eficaz" y "penetrante" (Heb 4: 12). Igual que las palabras bíblicas de Dios nacieron de una comunidad oprimida, también la comunidad LGBT de hoy está preñada de palabras de verdad de una lucha de liberación. Al mismo tiempo Dios nos invita a presentarnos vulnerables ante Él y a examinar siempre, activamente, las intenciones de nuestro propio corazón (Heb 4: 12-13).
¿Cuál es la palabra de verdad que tu alma anhela escuchar hoy? ¿En qué áreas de tu vida tiendes a no escuchar la palabra de Dios? ¿En qué te conforta y, a la vez, en qué te desafía este pasaje?
Para el autor de Hebreos, Jesús es a la vez un modelo de audacia y vulnerabilidad. Él ha sido puesto a prueba. El versículo 15 nos recuerda la tentación de Jesús en el desierto en el comienzo de su ministerio público. A causa de sus propias tentaciones, él es capaz de "compadecerse de nuestras debilidades". Aún más, él ha sido totalmente fiel a su vocación divina de forma radical. Porque "en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados" (Heb 2: 18).
¿Qué desafíos tienes que afrontar cuando intentas permanecer fiel a lo que Dios te ha pedido que seas? ¿Qué retos está afrontando tu comunidad de fe en su intento de ser fiel?
Marcos 10: 17-31 presenta a aquellos que son privilegiados, LGBT o no, una difícil lección. Frecuentemente escuchamos esta dura enseñanza y nos marchamos con tristeza. El hombre rico representa a aquellos que son privilegiados en nuestra sociedad, y aún desean sinceramente vivir en plenitud. Jesús, en su compasión, enseña al hombre que para experimentar su plenitud de vida, debe sacrificar sus privilegios por el bien de los marginados. Sólo entonces estará su camino libre para seguir fielmente a Jesús. Aquí vemos como nuestro propio lujo y confort pueden realmente ser obstáculos para vivir en el Reino de Dios.
¿Qué nos retiene en nuestras obligaciones con el Reino de Dios? ¿Qué nos aparta de un mayor esfuerzo por la justicia en favor de la comunidad LGBT?
Jesús continúa en este pasaje reconociendo a aquellos que han pagado un alto precio por causa del evangelio (Mc 10, 28-31). Cuando Pedro declara que aquellos que siguen a Jesús dejan todo para hacerlo, Jesús responde con una promesa. Él promete que sus vidas serán las vidas más plenas (incluso enumerando una centuplicada devolución de riqueza, familia y tierra) ahora y en la vida eterna. ¿Puede esta promesa sonar cierta a aquellos que continúan sufriendo grandes pérdidas en nuestro mundo? ¿Cuál es la calidad de vida, la plenitud de vida, de quien se consagra a Cristo? Esta dura cuestión nos devuelve al llanto del salmista en el Salmo 22 y al de Job.
¿Qué sacrificios hemos hecho para seguir fielmente a Dios? ¿Cómo hemos recibido el ciento por uno? ¿Por qué cosas estás agradecido?
Oración inclusiva
El Salmo 22: 1 puede ser usado para crear una oración o letanía que confronte directamente a Dios con nuestra desesperanza acerca de la atención a la cuestión LGBT a nivel comunitario, denominacional, nacional o global.
Reúne las declaraciones desalentadoras que hayas leído o escuchado hacia la cuestión o las personas LGBT. Tras leer cada declaración en voz alta, ora lamentándote:
Oración inclusiva
El Salmo 22: 1 puede ser usado para crear una oración o letanía que confronte directamente a Dios con nuestra desesperanza acerca de la atención a la cuestión LGBT a nivel comunitario, denominacional, nacional o global.
Reúne las declaraciones desalentadoras que hayas leído o escuchado hacia la cuestión o las personas LGBT. Tras leer cada declaración en voz alta, ora lamentándote:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"